César Abraham Vallejo Mendoza nació el 16 de marzo de 1892 en Santiago de Chuco, fue un poeta y escritor peruano muy reconocido, así mismo es considerado como uno de los mayores innovadores de la poesía universal y el máximo exponente de las letras en el Perú. Sus libros más reconocidos son Los heraldos negros (1918), Trilce (1922), Escalas (1923), Poemas humanos (1939). Para Vallejo la vida consiste en hacer cosas para el bien de los demás, el espíritu solidario es lo que da sentido a la vida, de modo que si no puede hacer nada para los demás es como si hubiese perdido un poco la vida. César Vallejo asume una posición solidaria y de esperanza en los poemas del final de su vida, al asumir la ideología marxista como soporte conceptual, que le permite plasmar de manera original la solidaridad como forma suprema de salvación de la humanidad frente a los embates que genera la desigualdad social; la última frase que dijo antes de morir fue “Me moriré en París con aguacero, un día del cual tengo ya el recuerdo”. Falleció el 15 de abril de 1938, París, Francia.
En su libro de El Tungsteno, César Vallejo presenta un sinnúmero de situaciones violentas, relacionadas con la corrupción y explotación laboral, en las que personajes olvidados y menospreciados por personas de alto estatus se ven afectados por su toma de decisiones y ambición. En cada capítulo, César coloca a sus protagonistas en situaciones desfavorables por la razón de diferencias de clases. Asimismo, para darnos ejemplos de problemas que se vienen dando actualmente, Vallejo nos narra de la generosidad de un pueblo que se propuso ayudar a extranjeros y de cómo estos le pagaron frente a la acción de buen corazón. Al respecto, se menciona el siguiente fragmento:
Allí encontraron, por todo signo de vida humana, una pequeña cabaña de indígenas, los soras. Esta circunstancia, que les permitiría servirse de los indios como guías en la región solitaria y desconocida, unida a la de ser ese el punto que, según la topografía del lugar, debía servir de centro de acción de la empresa, hizo que las bases de la población minera fuesen echadas en torno a la cabaña de las soras. Azarosos y grandes esfuerzos hubo de desplegarse para poder establecer definitiva y normalmente la vida en aquellas punas y el trabajo en las minas. Cuando se acababan los víveres y no venían otros de Colca, las soras cedían sus granos, sus ganados, artefactos y servicios personales, sin tasa ni reserva, y, lo que, es más, sin remuneración alguna. (Topo, 2017).
En el párrafo, se evidencia el aprovechamiento por parte de autoridades de una empresa en el norte del país hacia los soras. Quienes simbolizan a personas de bajos recursos que se encuentran en zonas Altoandinas, pese a sus necesidades, están dispuestos a ayudar, no importándoles el origen de esas personas, socorriéndoles rápidamente, sin esperar nada a cambio. En consecuencia, la llegada de la empresa simbolizó la invasión de sus terrenos. De igual forma, se puede analizar que este acto tuvo una contribución desigual, no fueron dignos de ofrecerles nada a pesar de la posibilidad económica que tenían. En comparación con la realidad, se puede afirmar que se trata de una minería ilegal, ya que se aprovecha de las necesidades de los individuos sin importarles si personas humildes pierden la vida a cambio de un poco de dinero. Incluso la explotación y discriminación de clases se evidencia en ocupaciones vigentes, por ejemplo, en restaurantes, en el sector de servicios de atención. Solo por la forma de vestir y los estereotipos existe la exclusión, la idea errónea de superioridad y opresión a ciudadanos de escasos recursos.
El presente fragmento nos invita a reflexionar sobre nuestra conducta hacia las zonas olvidadas por la sociedad, esta debería ser justa e igualitaria. Este caso me hizo cuestionarme de como aún hay seres humanos, que no les importa el efecto que pueden ocasionar a ese grupo social.
Vallejo sigue con la temática, en segundo lugar, se muestra como sus personajes se encuentran en posiciones diferentes, por un lado, ricos y por el otro los pobres, los cuales son descritos en condiciones desfavorables, eran oprimidos, también engañados, siendo despojados de sus derechos y pertenencías, como se aprecia a continuación:
José Marino puso el ojo, desde el primer momento, en los terrenos, ya sembrados, de los soras, y resolvió hacerse de ellos. Aunque tuvo que vérselas en apretada competencia con Machuca, Baldazari y otros, que también empezaron a despojar de sus bienes a los soras, el comerciante Marino salió ganando en esta justa. Dos armas le sirvieron para el caso: el bazar y su cinismo excepcional. Los soras andaban seducidos por las cosas, raras para sus mentes burdas y salvajes, que veían en el bazar: franelas en colores, botellas pintorescas, paquetes polícromos, fósforos, caramelos, baldes brillantes, transparentes vasos, etc. (Topo, 2017).
De tal modo, cuando nos menciona que puso el ojo desde el primer momento en los terrenos de los soras, inferimos que, desde ese momento, supieron su meta, y lo que harán para conseguirlo. Cuando José vio esta oportunidad, no lo dudó. Este hombre representa a quienes solo piensan en sus propios intereses, no importándoles privar de todo a los más pobres, abusan de su poder por la cuestión de creencias frente a la clase baja, dándoles lo mínimo de lo que es justo. Actualmente, se refleja el abuso del poder, cuando se llevan las pertenencias de personas pobres, sin piedad; solo tienen un pensamiento de cómo ganar más. Una situación peculiar, por ejemplo, cuando algunas autoridades se comprometen a hacer muchas cosas a favor de los necesitados y se alejan cuando obtienen lo que buscaban. Añadiendo a lo anterior, la explotación y la segregación están presentes por la apariencia física, género, estatus y patrones de habla; no se les brinda la oportunidad de trabajar o estudiar debido a lo mencionado anteriormente. Más aún, los pensamientos de nuestros antepasados influyen en nuestra conducta.
Por ende, el fragmento nos invita a reflexionar de lo importante que es practicar los valores enseñados por nuestros padres en todas las acciones que queremos hacer, recordando que nuestras acciones pueden traer alguna consecuencia. La historia nos deja con la idea de seguir luchando por nuestros derechos, por lo que nos pertenece, por la justicia, planteándonos interrogantes que nos permitan meditar y cambiar nuestra perspectiva de ver el mundo.
Por otro lado, Vallejo no se quedaría callado frente a la problemática del abuso hacia las mujeres. En esta parte, nos señala como víctima a Graciela, una chica que se enamoró perdidamente de un hombre, el cual la llevó a la decisión de ir, a donde él vaya. Vulneraron todos sus derechos. A continuación, se dice lo siguiente:
Pero el contratista de peones estaba ya colérico e insistió: —¡Besa al señor comisario, te he dicho, Graciela! —¡No! ¡Eso, nunca! ¡Nunca, don José! —¿No le besas? ¿No cumples lo que yo te ordeno? ¡Espérate! —gruñó el comerciante y se fue a preparar otro “batacazo”. Al venir la noche, cerraron herméticamente la puerta y el bazar quedó sumido en las tinieblas. Todos los contertulios —menos Benítes, que se había quedado dormido—conocieron entonces, uno por uno, el cuerpo de Graciela. José Marino, primero, y Baldazari después, habían brindado a la muchacha a sus amigos, generosamente. Los primeros en gustar de la presa fueron, naturalmente, los patrones místers Taik y Weiss. Los otros personajes entraron luego a escena, por orden de jerarquía social y económica: el comisario Baldazari, el cajero Machuca, el ingeniero Rubio y el profesor Zavala. José Marino, por modestia, galantería o refinamiento, fue el último. (Topo, 2017).
Este fragmento refleja cosas oscuras y perturbadoras: primero, cuando José le alzó la voz a Graciela, exigiéndole obediencia, mostró el autoritarismo y la violencia que el hombre exige a la mujer. Añadiendo la corrupción que hubo entre todos los que participaron en aquella acción, la falta de humanidad que puede haber y la desigualdad social, en cómo fueron capaces de omitir el voto o decisión de aquel ser humano. Seguido, Graciela se opone a la orden de José de besar a otra persona, indicó la resistencia ante el exceso de autoridad; sin embargo, esto fue insuficiente para hacer frente a personas de alto estatus social, realizando ese acto en contra de su decisión y estando inconsciente. Indudablemente, hoy en día aún perdura la violencia a la mujer por parte del género opuesto, el abuso de autoridad, esto se ve en los altos índices de feminicidios en el mundo.
El párrafo toma vigencia en el sentido en que la mujer debe actuar de manera autónoma, siendo ella la que decida por sus actos, evitando la presión de un varón. El abuso descrito me lleva a cuestionar de cómo puede existir la manipulación de hombres, aprovechándose del hecho del amor que una mujer les puede tener; por lo tanto, solo las pueden ver como un objeto. Este caso me deja con la idea de que las mujeres pueden salir adelante igual que un varón, siempre y cuando la sociedad les brinde las oportunidades y beneficios igualitarios.
En resumen, la novela nos da a conocer una denuncia contra la explotación laboral y a la violación de los derechos humanos, estos se evidencian hoy en día, donde la sociedad es indiferente al problema del racismo y discriminación, actuaciones que repudiamos. Estamos convencidos de que se mejorará si brindamos oportunidades para todos. Que la llegada de extranjeros a nuestro territorio no sea de ninguna manera símbolo de dominio, que ante toda circunstancia que nos presenta la vida siempre exista la ética en nuestra toma de decisiones, que una mujer no puede ser menospreciada ni agredida por ningún individuo, sea el caso este no quedarse callada por vergüenza. Por esto, hago un llamado a todas las personas y autoridades, para contribuir con nuestra responsabilidad de mejorar como país, buscando igualdad, justicia y seguridad.
Reseña escrita por: Anjhely Bardales Sánchez y Keren de los Santos Angulo.
Referencia
El tungsteno. (2017, agosto 1). El Viejo Topo.
https://www.elviejotopo.com/topoexpress/el-tungsteno/