Llegó a mis manos «La niña alemana» (2016), primera novela de la trilogía del escritor cubano Armando Lucas Correa (1959), la cual, al igual que «La hija olvidada » (2019) me tocó el corazón en su tratamiento de la Segunda Guerra Mundial. Con periodismo de investigación y sensibilidad ante los acontecimientos de la guerra, el autor nos impresiona con una historia real y ficticia inspirada en la lucha por la supervivencia.
La niña alemana es una narrativa construida en las vidas, principalmente, de dos niñas que vivieron en décadas diferentes, pero el destino las une en consanguinidad y en un pasado sombrío. El marco de trasfondo es un hecho real sobre el rechazo de Cuba y de otros países al negar el desembarco de 900 pasajeros que huían de la persecución del nazismo alemán a bordo del transatlántico Saint Louis (1939) desde Hamburgo (Alemania) hasta la Habana (Cuba).
Para esta reseña he leído:
CORREA, Armando Lucas. La niña alemana.
Primera Edición de Atria Español / New York: Atria Español, 2016
345 páginas, tres partes, notas del autor, lista y fotografías de los pasajeros
Las acciones inician en Berlín (Alemania, 1939) con sus calles cubiertas de vidrios rotos, desde «La noche de los cristales rotos» (1938), embanderadas con los colores rojo, blanco y negro y militarizadas por nazis que despreciaban a los judíos. Allí, Hannah, de 11 años, quien recientemente fue la portada de una revista alemana bajo el título «La niña alemana del mes», y su único amigo Leo, de 12 años, corrían, observaban y reflexionaban sobre el oscuro ambiente de represión que vivían los judíos. -¡Tenemos que irnos de aquí!, era el decir común e insistente de Hannah, su familia Rosenthal y la familia de Leo. En años anteriores la familia Rossenthal había disfrutado de un alto estatus social, pero poco a poco fueron despojados de ese estatus y de sus bienes. Ya para 1939 eran considerados la raza impura y los despreciados por la sociedad alemana.
En este ambiente de desprecio y discriminación, la familia Rosenthal, Leo y su padre deciden escapar del nazismo. Embarcaron un total de 937 pasajeros en un lujoso transatlántico rumbo a Cuba, el 13 y 15 de mayo de 1939 en Hamburgo (Alemania) y en el puerto de Cherburgo (Francia). Todos, llenos de esperanza por dejar el horror, los atropellos y en búsqueda de la libertad. Sin embargo, al llegar al puerto de la Habana (Cuba) se encuentran con el desprecio y una sentencia de indiferencia y muerte. Solo 28 pasajeros abandonan el barco, entre ellos Hannah y su madre Alma, los pasajeros restantes fueron repatriados a Europa Occidental y, desafortunadamente, 254 personas murieron en el Holocausto. Durante este viaje, Hannah y Leo llegan a un acuerdo que se revela al final de la historia.
En otro plano espacio – temporal alternativo, Anna Rosen, la hija de un sobrino de Hannah, y su madre viven en la ciudad de Nueva York. La madre de Anna, aún en duelo desde la muerte de su esposo el 11 de septiembre de 2011, se anima a retomar su vida normal tras recibir un paquete desde Cuba que contiene fotografías alusivas a la familia Rosenthal. Este paquete ofrece la posibilidad de descubrir el pasado de su esposo, que aún era incierto. Por ello, ambas mujeres viajan a Cuba para acceder y compartir los recuerdos y vivencias azarosas de la familia Rossenthal.
A lo largo del relato, Hannah y Anna, voces en primera persona, van relatando todos los acontecimientos de infelicidad y tensiones que acompañaron a la familia Rosenthal: la exposición del rechazo del gobierno cubano y de otros países al no aceptar el ingreso de los judíos que huían de la Alemania nazi, el convulso entorno político y social de Cuba y las consecuencias que esto trajo a sus vidas.
La vida en Cuba no fue fácil para Hannah y especialmente para su estoica madre Alma. La memoria no les perdonó dejar atrás el peregrinaje que vivieron. Ni el tiempo ni la capacidad de reinvención le brindaron a Alma la catarsis para posicionarse frente a las nuevas personas, sus costumbres y tradiciones e incluido el clima de Cuba:
«Protestaba de la mañana a la noche, ya fuera por el calor o por las arrugas que nos causaría el sol, o por la ausencia de modales de los isleños. … Mi madre extrañaba los amaneceres fríos. Detestaba el eterno verano y los interminables aguaceros tropicales. … Mi madre se había convertido en un fantasma … (2016: 213, 233 y 253).
Con esta historia Armando Lucas Correa pone sobre el tapete, con su detallada investigación, el caso, poco conocido, del transatlántico Saint Louis. Esta denuncia nos permite adentrarnos a todos los acontecimientos históricos que marcaron este hecho cargado de vergüenza e irresponsabilidad por parte de las autoridades de los países involucrados. La novela, también, nos invita a ir más allá de las emociones para comprender lo difícil que ha sido la vida de los judíos sobrevivientes en cada lugar donde se asentaron.
«La niña alemana» es una historia cargada de sentimientos para aprender, reflexionar y recordar desde una nueva perspectiva lo que significa el odio, la injusticia, la intolerancia y la guerra. El mensaje que se plasma en este relato es sobre todo enfatizar que el odio infundado contra los judíos, sin argumentos racionales y humanos, se extendió como pompa de jabón y ha causado daños irreparables. Termino esta reseña al decir que todas las personas tienen el derecho al respeto de la religión, al pensamiento, al ser ellos mismos y a vivir en paz y en libertad. En tanto nos seamos educados en esta visión, el mundo seguirá imbuido de odio e intolerancia. Concuerdo con Nelson Mandela, quien dijo: «Porque ser libre no es solamente desamarrarse las propias cadenas, sino vivir en una forma que respete la libertad de los demás». Enhorabuena al autor por esta denuncia.