Los gallinazos sin plumas, publicado en 1955, es un cuento del autor peruano Julio Ramón Ribeyro. La historia se centra en los hermanos Efraín y Enrique, quienes son explotados por su abuelo, Don Santos. Un personaje adicional es Pascual, un cerdo con el que Don Santos está obsesionado con engordar. A lo largo del cuento, los personajes atraviesan diferentes situaciones críticas, donde exponen sus sentimientos profundos para tomar decisiones. En esta obra, Ribeyro se inspiró en sus experiencias infantiles y en la realidad social de su país. El escritor critica la explotación y el maltrato infantil en la sociedad peruana.
El cuento muestra la violencia en la que viven las clases marginadas y a la que están expuestos los niños. Una de las formas en la que se expone y la cual tiene efectos trascendentes en el desarrollo temprano de infantes es el maltrato verbal o psicológico que se llega a relatar en el cuento cuando Don Santos dice: “¡Ustedes son basura, nada más que basura! ¡Unos pobres gallinazos sin plumas!”.
Es así como se refleja la violencia infantil que atraviesan Efraín y Enrique, los cuales son sometidos a la violencia psicológica por su abuelo Don Santos, que al ser vulnerables son tratados con humillación e incluso se les compara con animales. Esto demuestra la naturaleza del maltrato por el que atraviesan.
Otro momento de maltrato psicológico se da cuando el abuelo de los niños les dice: ‘‘¡Pero eso sí, hoy día no habrá comida para ustedes! ¡No habrá comida hasta que no puedan levantarse y trabajar!”… A través de este diálogo observamos que la violencia de los adultos hacia los niños es opresiva y desde esta perspectiva Efraín y Enrique no son tomados en cuenta. Mamani Macedo, P. (2004) menciona al respecto que el niño es seleccionado y definido como el personaje principal del drama en base a su estatus social. El entorno al que pertenecen refleja de manera caótica las intrincadas relaciones humanas, que siempre son jerárquicas entre el adulto y el niño. En el nivel de la narración, los niños dependen de los adultos, en algunos casos, como si fueran animales (pp3). Esta reflexión apoya la idea que los adultos a través de su comunicación pueden ser violentos y radicales, y en consecuencia los sentimientos de los niños no son valorados tal como se relata en el texto: “Solamente Enrique sentía crecer en su corazón un miedo extraño y al mirar a los ojos del abuelo creía desconocerlo, como si ellos hubieran perdido su expresión humana.”
Otra de las formas de maltrato infantil al cual fueron sometidos los protagonistas es la violencia física, esto se puede evidenciar en el texto cuando Don Santos actúa de la siguiente manera: «Efraín se echó a llorar, Enrique se levantó, aplastándose contra la pared. Los ojos del abuelo parecían fascinarlo hasta volverlo insensible a los golpes. Veía la vara alzarse y abatirse sobre su cabeza como si fuera una vara de cartón«. Esta situación de abuso físico llega a causar en los niños un comportamiento similar como se evidencia en el siguiente fragmento:.. “Cuando don Santos se volvió, divisó la vara que cortaba el aire y se estrellaba contra su pómulo. -¡Toma! -chilló Enrique y levantó nuevamente la mano.” … En ese momento el niño herido por todas las acciones que hizo su abuelo encontró que la única manera de defenderse era la violencia. Algo más que se entiende como maltrato físico es la negligencia del abuelo al privarlos de alimento, atentando así con su integridad física cómo se lee en el cuento: “¡Pedazos de mugre! ¡Ya saben, se quedarán sin comida hasta que no trabajen!”.
Estos infantes eran obligados en su fragilidad a trabajar en el muladar, lugar donde la inmundicia se acumula, cansados por el abuso de su abuelo llegan a perder su valor y dignidad humana, como así lo representa el autor en el cuento: “En el camino comió yerbas, estuvo a punto de mascar la tierra. Todo lo veía a través de una niebla mágica. La debilidad lo hacía ligero, etéreo: volaba casi como un pájaro. En el muladar se sintió un gallinazo más entre los gallinazos.”
En este fragmento podemos interpretar la ternura de los niños en su debilidad y la carencia una vez más de sentirse humanos, aceptando que solo son vistos como animales por los adultos. Ante ello en el trabajo de Mamani Macedo, P. (2004). Se cita al crítico literario Mario Castañeda el cual infiere del cuento que la autenticidad de los niños se manifiesta en su dulzura, en su obediencia, en su emotiva unión familiar y en su resistencia contra el abuelo. El cariño de los niños se despliega como un destello de amor que atraviesa la tristeza y la brutalidad de la historia. (pp11) Así entonces podemos llegar a comprender que la violencia infantil está presente en el entorno que los adultos construyen para ellos, aprovechándose de su debilidad, mientras tanto los niños tienen que ir enfrentándose en esa convivencia.
En síntesis, Los gallinazos sin plumas de Julio Ramon Ribeyro expone las diferentes formas de maltrato infantil en la sociedad peruana a través de los personajes Efraín y Enrique de una manera cruda y conmovedora. La obra revela cómo el abuso físico, el abuso verbal y la inseguridadalimentaria afectan en gran medida la integridad y la autoestima de los niños marginados. Ribeyro nos invita a reflexionar sobre las condiciones sociales que perpetúan estas injusticias y resalta la urgente necesidad de proteger siempre la dignidad y el bienestar de los niños.
Autores de la reseña: Rosales Maravi Jhonel Keith, Rodríguez Prado Stuart Kevin, Vise Navarro Valery Alessandra, Zevallos Torres Lia Yasumi.
Referencias:
Mamani Macedo, P. (2004). Visión de la vida de los niños en el mundo caótico de los adultos, en la narrativa de Julio Ramón Ribeyro https://1library.co/document/zgg93xnz-vision-ninos-caotico-adultos-narrativa-julio-ramon-ribeyro.html
Cómo nació el libro “Los gallinazos sin plumas” responde Julio Ramón Ribeyro. (s.f.). Literalgia. https://www.literalgia.com/como-nacio-el-libro-los-gallinazos-sin-plumas-responde-julio-ramon-ribeyro/