Mientras leía Cianuro espumoso, meditaba en su título, se evoca a una copa elegante, acaso una celebración interrumpida por el silencioso estruendo de una figura caída.
El deleite de emprender la lectura de una novela de la mismísima Agatha Christie es singular, y fue la primera vez que, al terminar de leerlo, me recorrió un escalofrío de pies a cabeza, y pude hasta imaginar sentir el aroma del romero, aquel día lluvioso de verano de principios de este año.
Christie Agahta. Cianuro Espumoso. Editorial La Nación. 214 páginas. 2006. Primera original de 1945.
En Inglaterra el título original en 1945 en inglés fue Sparkling Cyanide. Pero en la edición para Estados Unidos ese mismo año se publicó con el título de Remembered Death
Rosemary Barton es una mujer que no pasa desapercibida, alegre y rica, tras una gripe, en cuanto encienden las luces yace muerta tras beber de su copa. ¿Por qué motivo se ha suicidado?, fue la incógnita de sus conocidos, quedando sin respuesta. Solo los anónimos recibidos por su viudo un año después enciende las sospechas de que fue un homicidio.
¿Fue acaso Iris, sombra de su hermana quien la asesinó?, con el fin de ser heredera de su cuantiosa fortuna, ¿o pudo ser acaso la secretaría enamorada de su esposo?, sin olvidar a la temeraria Alexandra Farraday que sacrificaría todo por amor a su esposo Stephen.
La reina del misterio apunta en su relato una difícil tensión, todos tienen motivos por el cual odiar o envidiar a Rosemary, y son la intensidad de las emociones las que, tal como el aroma fuerte del romero, impiden que aun fallecida sea olvidada. Nos presenta los trasfondos de los personajes, donde cada detalle hace que sea imposible descartar hasta el personaje que aparenta más estabilidad.
Una reproducción exacta de la fiesta de Rosemary en el decimoctavo cumpleaños de Iris, alarma a los invitados sobre la salud mental del viudo, George Barton, culminando con lo que parecería un suicidio, ¿o un segundo homicidio en mismas circunstancias?
El coronel Race, amigo del Sr.Barton, decide tomar cartas en el asunto cuando recibe la noticia de la extraña muerte de su amigo. Junto con el inspector Kemp, analizan el perfil de cada uno de los sospechosos, hasta dar con la misteriosa identidad de Anthony Browne, cuyo verdadero nombre era Tony Morelli, enamorado de Iris, y la aparición de un misterioso hombre que manipula desde las sombras.
Sparkling Cyanide fue escrito durante finales de la segunda Guerra Mundiar, entonces Gran Bretaña sostenía conflictos con la Alemania Nazi, para Agatha Christie su refugió fue la escritura. Siendo ya abuela unos dos años antes, durante la guerra vivió la ausencia de su esposo quien solo regresó en 1945 tras una ausencia de cinco años.
La novela policíaca se divide en tres partes, llamadas libros. El Libro I “Rosemary” consta de ocho capítulos, la segunda parte lleva el título de Libro II “Día de los difuntos” consta de seis capítulos, y por último el Libro III “Iris”, (en contraposición al primer libro que lleva el nombre de la hermana mayor y víctima), lleva catorce capítulos.
El carácter de cada personaje funciona como un reloj con engranajes que funcionan de manera natural, con sus trasfondos y debilidades. Agatha Christie no nos hace dudar, incluso hasta el final, de que la pasión de las mujeres y el veneno es obra de estas. Pero que el actuar de un demonio, encarnado en un hombre de nombre Víctor, es quien tiende los hilos de la historia.
La orgullosa Alexandra Kidderminster, fue un personaje con una personalidad interesante, a simple vista tras conocer en el capítulo VI del Libro I la perspectiva de su esposo, uno creería que desconocía del affaire, sin embargo, pese a presencia silenciosa estaba al tanto del engaño desde incluso el primer momento en que se conocieron, cuando Stephen creyó manipularla para obtener el poder de su familia, ella lo utilizó a este para escapar de su familia. El hecho de ser la menor de las hermanas, y de no sentirse útil en esta, hizo que tomara fuerzas de Stephen y que su ambición personal se volvieran uno. El matrimonio que sostenían los Farraday era un castillo bañado en oro, a simple vista vacío por dentro, solo dos asesinatos y su mal momento hizo salir a flote la lealtad obsesiva de ambos. Por supuesto, en este sitio no se señalará al culpable, pues no tendría gracia alguna.
Tal como dice la reconocida frase de Agatha Christie: «No se empieza con el asesinato, con el deseo de cometerlo, ni siquiera pensándolo. Se empieza siendo, sencillamente, avaricioso, queriendo tener más de lo que se ha de recibir»
Mother Love
«El amor de una madre por su hijo no se parece a nada en el mundo. No conoce la ley, no tiene piedad. Se atreve a todas las cosas y aplasta sin piedad todo lo que se interpone en su camino» (Agatha Christie).
El amor de la madre de Alexandra, la poderosa Victoria Kidderminster actuó de modo distinto a su esposo, mientras que el padre de Alexandra era reacio a utilizar su gran influencia, a Victoria no le importaba: «Su mujer nada dijo, y Lord Kidderminster salió con gran desasosiego del cuarto. ¡Pensar que Vicky a quien durante años había conocido íntimamente, resultaba tener profundidades tan insospechadas y verdaderamente turbadoras…!»
Es el actuar de la madre de Víctor Drake, Lucilla Drake, una anciana mujer que es manipulada por su hijo para exprimirle su dinero, donde su hijo es débil y manipulable, (cuando en realidad es un demagogo peligroso).
Cianuro espumoso acaba siendo una novela deliciosa al pensamiento, absorbente que te hace detenerte en cada detalle, pese a ser de poca extensión, es y seguirá siendo una de las novelas más reconocidas de la célebre Agatha Christie.