En 1880 Guy de Maupassant publicó el que sería el primero de muchos relatos: Bola de Sebo. Un relato de corte naturalista que recrea aspectos de la sociedad en Rouen, Normandía, Francia. Este cuento está enmarcado en el contexto de la ocupación prusiana de 1870-71, la cual es usada como telón de fondo en muchos de sus cuentos y que sirve de contraste para subrayar características de la cultura francesa por aquel entonces. En esta reseña se destaca cómo la cultura y las costumbres, el contraste entre alemanes y franceses, y también el contraste entre burgueses y el pueblo son ingredientes con los que Maupassant trabajó. La otredad y la vida moral son aspectos que resaltan en sus relatos.
En Bola de Sebo tres parejas adineradas (burgueses y aristócratas) viajan de Rouen a Le Hevre, pero entre ellos hay dos monjas, otros personajes y una mujer de la baja sociedad a la que llaman Bola de Sebo (boule de suif en francés); gracias a ella todos los pasajeros del carruaje logran continuar su viaje después de que un comandante prusiano los retuviera a mitad de camino en el poblado de Tôtes. ¿Cómo han logrado conseguir el salvoconducto? Bola de Sebo finalmente acepta, bajo la presión y doble moral de sus compatriotas, pese a su desprecio por los alemanes ocupantes y pese a ser prostituta, acostarse con el comandante prusiano.
- Bola de Sebo y otros relatos
- Autor: Guy de Maupassant
- 16 relatos. 172 páginas
- Año de publicación de esta compilación: 1972
- Prólogo de Carlos Barral
- Editorial Salvat y editorial Alianza: Colección Biblioteca General Salvat.
Cuentos rurales, sobre la guerra franco prusiana e historias ácidas
El cuento Bola de Sebo incluye muchos de los temas que Guy de Maupassant seguiría desarrollando con su literatura. Por ejemplo, muchas de sus obras son relatos que tienen relación con la guerra franco prusiana. Los militares prusianos alemanes son personajes centrales en muchos de sus cuentos y sufren la venganza y el desprecio del pueblo francés, específicamente en Normandía, la región que más describe el autor en los cuentos aquí citados y de donde era oriundo. La ocupación prusiana es una atmósfera presente en sus relatos; dice en Bola de Sebo que la ocupación era como un olor presente y difundido que entraba en todas las casas, “el olor de la invasión”. Y que pese a ser vencedores, desde los rincones les acechaba el peligro de la revancha; dice esto en el mencionado cuento: “porque el odio al extranjero arma siempre a algunos intrépidos dispuestos a morir por una idea”.
En los cuentos La madre salvaje, Madmoiselle fifi y Los prisioneros, los soldados y oficiales alemanes son apresados o asesinados por venganza. La madre salvaje prende fuego a los soldados que han ocupado su casa rural después de saber que su hijo ha muerto en combate. Madmoiselle fifi es un suboficial prusiano, el marqués Vilhem von Eyoik, a quien una prostituta mata clavándole en la garganta un cuchillo para untar mantequilla. Y en Los prisioneros una joven campesina apresa a una avanzadilla de prusianos engañándolos en su casa después de haberles dado sopa.
La vida moral también es ampliamente trabajada por Maupassant en relación con la diferencia entre las realidades burguesas y campesinas, acentuando una crítica sobre la mentalidad burguesa. Por ejemplo, en el cuento Terminado, un burgués, el conde de Lomerin se reencuentra con la baronesa de Vance, su antiguo amor, pero al verla vieja ya no le provoca nada, en cambio su hija, idéntica a su madre cuando joven, le pone a hervir la sangre. Después, frente al espejo, Lomerin, reflexiona que ya está mayor, que sus canas y el tiempo han enterrado las búsquedas amorosas del pasado, se dice a sí mismo que ese tiempo está terminado.
Guy de Maupassant (1850, Tourville-sur-Arques – 1893, París) escribió seis novelas, en torno de trescientos cuentos, seis obras de teatro, tres libros de viajes, una antología poética, e innumerables artículos y crónicas periodísticas sobre literatura, política y sociedad.
La obra de Maupassant es entendida como parte de un “movimiento” llamado Naturalismo, el cual describe sin pompa ni optimismo burgués, la realidad de la vida cotidiana de la sociedad. Los hechos. El autor del prólogo de la clásica publicación aquí reseñada, Carlos Barral, le llama “Naturalismo pragmático” y remarca que Maupassant fue un desmitificador de la vida paradisiaca del campo y un analista moral, repeliendo todo tipo de hipocresía. Los cuentos de Maupassant en la compilación mencionada pueden dividirse en relatos rurales, relatos referidos a la Guerra Franco Prusiana y, como escribiera Barral, “ácidas historias urbanas”. Otros grandes narradores del siglo XIX que podrían ordenarse en este Naturalismo que hace una radiografía de la vida común, moral y psicológica de esa época serían Flaubert, Tolstoi, Zola, Eça de Queiroz y Galdós. El Naturalismo, como explica Yves Chevrel en su libro «Le naturalisme: Étude d’un mouvement littéraire international», es un movimiento europeo consecuencia de un ambiente sociocultural emocionado con la razón, la ciencia y el positivismo, enfocado en explicar los hechos. Para profundizar sobre el naturalismo, consultar el texto de Yvan Lissorgues «El naturalismo como movimiento literario oportuno en la Europa de la segunda mitad del siglo XIX«.
Un ejemplo interesante de esas ácidas historias de Maupassant es el cuento Un cobarde. En él, el vizconde Gontran – Joseph de Signoles se va a batir en duelo con algún irrespetuoso con el que se ha topado en una heladería. Durante los días de preparación del duelo, el vizconde cae presa de la inseguridad y del miedo, le carcome por dentro la posibilidad de perder y de la indeleble mancha que esto podría traer a su honor. Las ideas le van y vienen de forma febril y neurótica, tanto así que termina pegándose un tiro en la boca con su pistola. Este cuento tiene una generosa elaboración psicológica de este personaje y sus pensamientos. Otro ejemplo es el cuento «Pierrot», en el cual un perro pequeño es abandonado en un pozo en una vieja mina, un lugar donde la gente los abandonaba para que murieran ahí cuando no podían costearse su manutención. Un tercer ejemplo muy ácido es el relato La madre de los monstruos; es la descripción de un caso, el de una madre que por usar corsé muy apretado durante el embarazo da a luz a un niño deforme, con una estructura osea anormal; al ver que su extraño retoño llama la atención de comerciantes de ferias y circos de anormalidades, decide venderlo y además parir otros niños con funestas consecuencias y para el mismo fin comercial.
También podemos decir que sus cuentos, por lo menos los recopilados en esta publicación, son “costumbristas”, y en ese sentido realistas. Hay una descripción de cómo era el estilo de vida en aquel entonces, último cuarto del siglo XIX. Se narra el tipo de comida, cómo eran los viajes en carruajes o en tren, cómo era la comunicación por cartas, cómo era el cortejo entre hombres y mujeres de diferentes clases sociales, la adopción de niños pobres, la caza y cómo la naturaleza era una fuerza mucho más “vivaz”, más amenazante si se quiere, que en el presente. El cuento Terminado invita a pensar cómo las cartas manuscritas de la época eran una literatura esmerada, una comunicación pensada y escrita con pausa, algo diametralmente opuesto a los impulsivos y/o automáticos emails contemporáneos.
En los relatos de Maupassant también se observa un retrato del “otro”, un reflejo de cómo su sociedad sentía y veía la alteridad. En el siglo XIX los estados europeos vivían una intensa definición nacional y los sentimientos hacia lo propio y lo extranjero eran muy marcados. Ya se ha dicho cómo eran vistos los alemanes, cómo Maupassant los retrata como unos “otros” invasores. Pero en otros relatos, como en el cuento Miss Harriet, se describe a una mujer, cincuentona, inglesa, con costumbres y lengua diferentes, con creencias y sensibilidades diferentes por ser anglicana o puritana. También la otredad entre clases adineradas y gente del pueblo o campesinos es descrita constantemente. Maupassant también es conocido por su narración sobre el miedo y la angustia, y una cercanía con lo fantástico como en el famoso relato La Horla, pero este aspecto de su obra y este relato no está en el libro aquí reseñado.
Cuentos incluidos en la publicación reseñada:
- Bola de sebo
- Un gallo cantó
- En el campo
- «Pierrot»
- Los prisioneros
- Mademoisell Fifi
- Miss Harriet
- La Martina
- La madre salvaje
- Golpe de estado
- Toño
- El diablo
- La madre de los monstruos
- Terminado
- Un cobarde
- En el tren