Infancia publicada inicialmente en 1997, forma parte de las tres novelas autobiográficas de J. M. Coetzee (1940). En la novela Infancia, el autor recrea sus recuerdos de niñez. Su soledad, sus inquietudes, sus miedos, sus represiones y las rivalidades entre su hermano y sus pares vividas en Worcester, una provincia cercana a su ciudad natal Ciudad del Cabo en Sudáfrica. Al mismo tiempo, el narrador con agudeza y elegancia, irrumpe principalmente en las problemáticas sociales y culturales que subyacen en este país y que obstaculizan el desarrollo y la normalidad humana.
Para esta reseña he leído a:
J.M. COETZEE. INFANCIA, (1997). Título original: Boyhood. Scenes from Provincial Life. 2000, Juan Monilla por la traducción y Edición en Castellano MONDADOR, Barcelona, España
J. M. Coetzee toca en «Infancia», en tercera persona y sin ubicarnos en el tiempo, sus memorias, su intimidad y su comportamiento déspota frente a las personas que lo rodean. El protagonista es «él» y los personajes que resaltan son la madre, el padre, el hermano, los compañeros de escuela, los maestros, la abuela, la tía y otros personajes que menciona y representan los seres que sirven de referencia para exponer sus pensamientos, sentimientos y críticas.
Infancia pone en evidencia el enfrentamiento entre dos fuerzas antagónicas dentro y fuera del niño. Pues, veremos al niño que analiza todas sus acciones y pensamientos con madurez y profundidad psicológica. En un aspecto, ese niño se presenta como un ser que no encaja en su entorno: “Tiene la sensación de estar herido. Tiene la sensación de que, pausada, constantemente, algo se está desgarrando en su interior: una pared, una membrana.” (2000, 15). Por otro lado, hay un niño mimado de mamá que a veces ama y a veces no soporta. Además, está el niño que nos muestra el poco apego y respeto por su padre que, aunque no está ausente físicamente, no forma parte de su vida emocional.
Él es el niño que va obligado a la escuela y cuando está en ella es el primero en su clase. El niño que comprende y mira con angustia la situación de acoso escolar, los malos tratos, las reglas desproporcionadas de castigo en la escuela y el miedo a reunirse con el ciudadano nativo afrikaner, por el cual siente desprecio, sólo por prejuicio o por seguir el patrón de actuación de otros.
En contraste, está el niño que ama la naturaleza; se regocija ante ella; aquí se ambienta la vida del campo, con sus animales, plantas y vivencias familiares. En este punto, se percibe un encuentro armonioso entre el niño interior y el niño exterior que expresa amor por su abuela y la granja. Todas las tristezas e inquietudes desaparecen de su cuerpo y de su alma: «… él ama a cada una de sus piedras, de sus matorrales, de sus briznas de hierba: ama los pájaros … Es inconcebible que otra persona ame la granja como la ama él.» (2000, 84).
Al mismo tiempo, el narrador nos ubica en la situación de discriminación y prejuicios sociales de este país, en contra del indígena y del afrikaner negro. Estos afloran y se materializan en las desigualdades en todos los acontecimientos de la vida social, económica y política de la provincia Worcester y Ciudad del Cabo:
… Teme y aborrece a los grandes chicos afrikaners de pies descalzos, con sus pantalones cortos y estrechos, … Se rumorea que el gobierno va a ordenar que se traslade a las clases de afrikaners a los escolares que tengan apellido afrikaner. (2000, 73).
En síntesis, se puede decir que en Infancia, prevalece la vida de un niño que no está bien consigo mismo, anclado en una sociedad con grandes problemas que van desde la diversidad en creencias religiosas, idiomas, estratos sociales, culturales y económicos y que de alguna forma u otra afectó su infancia. ¿Es acaso que el autor nos relata sus sentimientos e intimidad, sus dudas y críticas sociales de manera directa y real para hacernos consciente de la crueldad de algunos comportamientos raciales? O ¿Es la manera de cómo cada niño, susceptible e indefenso al entorno en que vive se enfrenta a él para eludir o protegerse de la realidad culturales familiares y sociales?
.
Siento que la novela mira más allá de las memorias de un niño y talla en la denuncia de la realidad histórica, social y cultural de Sudáfrica. En ella, el autor consigue dar cuenta del sabor de desamor al otro, a la esencia humana, al ser y a la vida triste de un niño consciente de una sociedad donde no se respeta la diversidad. Esta lectura nos puede llevar a entender el comportamiento de algunos niños, la infelicidad de muchos, y a desfigurar como algunas personas canalizan su «yo» y comparten sus sentimientos.
Sin dudas, Infancia es una brillante y elegante prosa, construida con palabras que hay que explorar y descifrar; por lo cual vale la pena adentrarse en ella y vivir una experiencia psicológica y comportamental desde la perspectiva de un niño que nos presenta algunos de los grandes problemas universales del ser humano. Desde un punto de vista personal, considero que este relato valoriza y ensalza más la idea de respetar al otro, de encontrar vías de prevenir y sancionar cualquier forma de discriminación que apoyen y vulneren los principios de igualdad y justicia social y por esa vía nos habla J.M. Coetzee.