Estas son algunas ideas para escribir acerca de Edgar Allan Poe. Esta entrada trata de subrayar una idea central que posiblemente permita escribir un ensayo acerca de la literatura de este gran autor. La idea en cuestión es: la experiencia de los límites en los personajes de Edgar Allan Poe.
Un posible objetivo de ese ensayo sería mostrar las situaciones excepcionales y extraordinarias de la vida de los personajes, y cómo están relacionadas con su perfil psicológico y emocional. También es interesante subrayar que la muerte es uno de los factores que desencadenan las experiencias enigmáticas que escandalizan la mente del lector. A continuación transcribo mis notas y al final un ensayo inconcluso.
Algunos conceptos en Edgar Allan Poe:
- Cuestiones de género en los relatos de Edgar Allan Poe: lo extraño y lo maravilloso, y en el límite entre ambos, lo fantástico.
- La literatura de horror pertenece a la categoría de «lo extraño».
- Fenomenológicamente «lo extraño» es un campo de la experiencia que es difícil de definir. Lo extraño pone en apuros al individuo al ser una experiencia que se aleja de sus referentes físicos y culturales conocidos o familiares.
- El miedo.
- La muerte.
- Los personajes y la complacencia al crimen, al daño. Complacencia porque es la salida a su falta de paz, con respecto a algo exterior que motiva o dispara su delirio. Por ejemplo, un gato, un ojo o un cuervo.
- En El gato negro y en El corazón delator los personajes están invadidos por un poder extraño, tienen una cercanía con experiencias prohibidas que los lleva a matar para solucionar su tormento.
I. Lo extraño y lo maravilloso de Poe en un artículo de Todorov
- «Llegamos así al corazón de lo fantástico. En un mundo que es el nuestro, el que conocemos, sin diablos, sílfides ni vampiros se produce un acontecimiento imposible de explicar por las leyes de ese mismo mundo familiar” . Esto dice Tzvetan Todorov. Lo fantástico ocupa el tiempo de esta incertidumbre: la posibilidad de vacilar entre causas naturales o sobrenaturales crea el efecto fantástico.
- “Lo fantástico no dura más que el tiempo de una vacilación; vacilación común al lector y al personaje, que deben decidir si lo que perciben proviene de la “realidad«.
- Al final, el personaje o el lector toman una decisión respecto de lo que ha pasado en la narración, saliendo así de lo fantástico. Entonces, si los hechos se explican por medio de las leyes de la naturaleza, estamos en el género de lo extraño. Si por el contrario es necesario inventar o suponer nueves leyes de “otra” naturaleza, estamos en el género de lo maravilloso. Pero, entonces… ¿qué es lo fantástico?
Lo fantástico
- Puede desvanecerse en cualquier momento. Sabe mantenerse en la indecisión.
- No es un género en sí. Está en el límite de lo maravilloso y lo extraño. La novela negra – literatura sobrenatural – parece confirmar dicho fenómeno. The gotic novel.
- Lo fantástico ocurre sólo durante un momento de la lectura.
- Es evanescente, como el presente, especioso.
- El pasado y lo extraño + el futuro y lo maravilloso.
- La vacilación caracteriza a lo fantástico.
- Un texto privado de su final, de su desenlace, en condiciones de sobrenaturalidad, correspondería por entero a lo fantástico – excepción.
- Pero hay novelas que conservan la ambigüedad que caracteriza a lo fantástico hasta el final y más allá. Por ejemplo “otra vuelta de tuerca” de Henry James.
- Lo verosímil es apuesto a lo fantástico.
- Lo extraño está limitado por el lado de lo fantástico, por el otro lado se disuelve en el campo general de la literatura.
- Lo extraño no coincide sino con una de las condiciones de lo fantástico, la de generar ciertas emociones, en especial la del miedo. Lo maravillo, por el contrario, es extensivo no solo para las emociones sino para todo el universo sobrenatural.
- La pura literatura de horror pertenece a lo extraño.
- La caída de la casa Usher, de Edgar Poe, ilustra lo extraño próximo a lo fantástico.
- La experiencia de los límites caracteriza el conjunto de la obra de Poe. Baudelaire ya decía de él: “nadie relató con más magia que él, las excepciones de la vida humana y de la naturaleza”. Y Dostoievsky “Poe elige casi siempre la realidad más excepcional, pone a su personaje en la situación más excepcional, en el plano exterior y en el sicológico”.
- Los personajes de POE denotan una complacencia en el mal, en el crimen.
- En lo extraño hay una TRANSGRESIÓN (Freud).
- No hay cuento fantástico de POE, a excepción de EL GATO NEGRO y RECUERDOS DE MR BEDLOE.
- Poe daría origen a la novela policial contemporánea. A menudo se dice que ésta remplazó las narraciones de fantasmas – Lo que viene del carácter investigativo de uno de los personajes y de los enigmas de la historia.
II. El cuento demanda genio (sobre algo que dijo Poe en otro artículo)
Edgar Alan Poe buscaba crear un efecto único. No debería haber ni una sola palabra que directa indirectamente no tienda al designio establecido en el relato, en el drama.
La unidad de efecto o de impresión en el cuento. Su duración. “Durante la hora de lectura, el alma del lector está sometida a la voluntad de aquel” (LXXII en Cortázar). Por eso escribió cuentos para dominar, para someter al lector en el plano imaginativo y emocional. ——> POE se dio cuenta del rigor que exige el cuento como género.
- Toda gran excitación es inevitablemente efímera. Y sin unidad de impresión no se pueden lograr los más profundos efectos.
- La idea de lo bello es algo que se encuentra con más propiedad en el poema. En el cuento de POE, a lo anterior se contrapone el terror y la pasión en el horror.
- El corazón Delator, empieza así: … «siempre he sido nervioso, muy nervioso terriblemente nervioso«…
- El miedo: … «mientras escuchaba en la pared los taladros cuyo sonido anuncia la muerte. Oí de pronto un leve quejido y supe que era el quejido que nace del terror«.
- La fijación en el ojo de buitre lo atormenta hasta optar por el asesinato, pero meticulosamente.
III. EDGAR ALLAN POE. “obras en prosa”. Vol. 1 cuentos. Ediciones Universidad de Puerto Rico. Revista de Occidente. Madrid 1956. Traducción, notas e introducción de Julio Cortazar.
- Edgar Allan Poe Provocó una conmoción en el mundo que se mantiene en continuo ascenso.
- La obra de Poe como hecho literario.
- Las imágenes de las pesadillas y de la maldad humana + la descripción macabra.
- … «pero nada, diurno o nocturno, feliz o desgraciado, es normal en el sentido corriente, que incluso aplicamos a las anormalidades vulgares que nos rodean y nos dominan y que ya casi no consideramos como tales. Lo anormal en Poe, pertenece siempre a la gran especie» afirma el escritor de la gran novela Rayuela, Julio Cortázar.
Se ha dicho que los personajes de POE son maniquíes, seres empujados por una fatalidad exterior, o interior (como en el Gato Negro): en unos casos, los personajes ceden a los vientos, a las mareas, a los azares de la naturaleza; en otros, se abandonan a la neurosis, a la manía, a la anormalidad o al vicio, sin la menor sutileza, sin el menor distingo, sin la menor gradación.
Poe no se molesta en mirarlos a fondo, a explorar sus conductas.
Se puede sugerir entender al Mundo Onírico como impulsor de muchos relatos de POE. Las pesadillas organizan a los personajes.
El horror “…pero es un horror que no se explica, que nace de la sola presencia, de la fatalidad a la que la acción los condena o a la que ellos condenarán su acción...»
Por otra parte la Sátira en Poe es puro desprecio: lo que se llamaría humor termina siempre en su “terreno”, en lo macabro, lo grotesco. POE “…comprendió que la eficacia de un cuento depende de su intensidad como acontecimiento puro”.
En el Pozo y el péndulo y El Corazón Delator la entrada en materia es fulminante, brutal. Su economía sorprende, Poe busca que lo que se dice sea presencia de la cosa dicha y no discurso sobre la cosa.
Creó un mundo para cada cuento: estructuras cerradas y completas.
Ojo: el ataque al lector, en el buen sentido de la palabra literaria, es algo muy fuerte en Poe. Cuando lo imaginario y/o lo fantástico invaden lo real y empiezan a amenazarnos.
IV. L´ART ET LA LITTÉRATURE FANTASTIQUES. Editorial universitaria de Buenos Aires. Buenos Aires 1965. Traducción de Juan Merino
La narración fantástica “se deleita en presentarnos hombres como nosotros, situados súbitamente en presencia de lo inexplicable, pero dentro de nuestro mundo real”… “el arte fantástico introduce terrores imaginarios en el seno del mundo real”.
El conflicto que se provoca entre lo real y lo posible: “en sentido estricto, lo fantástico exige la irrupción de un elemento sobrenatural en un mundo sujeto a la razón”… “el monstruo representa nuestras tendencias perversas y homicidas” hay allí un escándalo moral, nada más natural porque el monstruo está en nosotros “ya se había deslizado en lo más íntimo de nuestro ser, cuando fingíamos creerlo fuera de nuestra existencia”.
En lo fantástico, lo sobrenatural domina el proceso en la narración que lleva al desenlace “es necesario que se insinúe poco a poco, que adormezca la razón en vez de escandalizarla”.
Lo fantástico torna positivos los sentimientos negativos: su “poesía” expresa cierto deleite con visos de perversidad.
Psiquiatría y psicoanálisis: porque explica el mundo “sobrenatural” a partir de conversiones que un sujeto mental hace. Los sentimientos de los enfermos mentales coinciden con los personajes fantásticos (la extrañeza, la influencia, la posesión…).
Ideas sueltas: El tema de los delirios. La Reprobación Moral. Autor y lector se unen en el plano del arte. La explicación a través del complejo.
El cuento es al sueño… pero no hay que caer en considerar a la literatura como mero documento clínico.
El artista, por su actividad creadorea conquista un lugar en la historia de la cultura.
Cada parte u objeto en la narración fantástica tiene un alto contenido simbólico, por ejemplo el ojo en el corazón delator, el gato en el gato negro y el pozo en el pozo y el péndulo. El carácter profundo y casi incognoscible del símbolo determina en buena parte el juego psicológico entre el texto y el lector.
Las perturbaciones de la personalidad, la escisión, la pérdida de dominio de sí.
Las drogas, la locura y el sueño, parecen despertar esas facultades humanas, muy profundas y primitivas, escondidas por el monstruo de la razón.
Lo fantástico se nutre del escándalo de la razón.
Pasa que cada cuento leído ha traído a mi, durante su transcurrir, un suspenso, una sensación casi inconsciente que motiva la duda con respecto al desenlace en cada narración. Pero esta incertidumbre, esta vacilación, producida en la lectura, que es una entrada a un mundo (al mundo del cuento en tanto hecho literario), es compartida entre el personaje protagonista de la obra y el “espectador” que es quien lee. Es el resultado de un efecto construido por el escritor en su obra: es como transportarse a una pesadilla de la que uno espera salvarse, es estar en medio de un escándalo.
El lector participa de unas emociones muy fuertes, puestas en el límite de la vida y la muerte.
V. LA EXPERIENCIA DEL LÍMITE Y LAS EXCEPCIONES DE LA VIDA HUMANA Y LA NATURALEZA (lectura e ideas sobre Edagar Allan Poe)
La lectura de varios cuentos de Poe, en particular “El corazón Delator”, “Gato Negro” y “El pozo y el péndulo”, ha sido una experiencia de emociones fuertes, en las que participé de situaciones extra–ordinarias, fuera de lo común, cargadas de acciones ambiguas y extrañas y que corrientemente merecerían llamarse horrorosas; estar encerrado y medio moribundo en un calabozo oscuro, arrancarle un ojo a la mascota que antes se amaba o matar a cualquier persona porque nos incomoda su ojo y su manera de mirar (como en “El pozo y el péndulo” “Gato Negro” y “El corazón delator”, respectivamente), es la prueba de una situación escandalosa, simpatizante del miedo y el terror.
Hay que reiterar entonces que la lectura de Poe provoca ese horror, ese escándalo, por medio de la narración y de la especial descripción que hace de esos estados extremos. Así las cosas, las ideas expuestas en este breve ensayo, acerca de los tres cuentos citados en particular y de la obra narrativa de Edgar Allan Poe en general, procurarán mostrar cómo y a través de qué características se produce ese estado alterado y ambiguo.
Concretamente, es alrededor de lo Fantástico y de otras cualidades que se pretende entender lo impresionante de dichos cuentos. Y aún más, el examen de cada uno mostrará que las experiencias excepcionales de la vida humana y social narradas en ellos corresponden a escenas, acciones, formas de ser y de pensar que “normalmente” son reprobadas y despreciadas por la gente. Se trata de historias que develan cierta cercanía con lo que comúnmente es malo, rechazado y reprimido moralmente, historias de personajes también excepcionales y con un perfil sicológico emparentado con la locura y el delirio.
En “El Corazón delator” es claro que los sentimientos del personaje central coinciden con los de enfermos mentales; la extrañeza, la influencia, el nerviosismo, la pérdida de sí mismo, entre otros, dan un matiz especial y cautivante de la actitud del personaje que, como en el caso de este cuento, es quien narra: haciéndolo, muestra una “condición mental” (cualquier cosa que esto signifique) de principio a fin interrogadora y fuerte. Es decir, nadie que lea con cuidado pasará por alto el comienzo de “El corazón Delator”:
«¡Es cierto! Soy muy nervioso, extraordinariamente nervioso. Lo he sido siempre. Pero ¿por qué decís que estoy loco? La enfermedad ha aguzado mis sentidos, pero no los ha destruido ni embotado. De todos ellos, el oído era el más agudo».
En el caso de este cuento se puede además destacar que el personaje principal goza de una “sobrexcitación” de su oído; este aspecto envuelve a toda la narración puesto que es lo que finalmente lo encoleriza: cuando en la octava noche de asomar sutilmente su cabeza en el hogar del viejo a quien aborrece (no por nada en especial sino por su ojo de buitre que tanto lo incomoda) y después de alumbrar su ojo con una linterna, es el sonido del corazón del viejo lo que desata la decisión de matarlo de inmediato. Igualmente, es el sonido (insoportable) de su corazón después de muerto lo que hace que el protagonista del cuento se delate frente a los inspectores que han ido a visitarlo.
Acudiendo al texto de Todorov, hay que decir que “El Corazón Delator” tiene cualidades de lo fantástico. Hay un acontecimiento o una serie de ellos que, si bien están situados en el mundo real y de las leyes físicas, son difíciles de explicar por medio de razones comunes o de las leyes naturales conocidas. En primera medida, la cualidad auditiva tan desarrollada explica que “el asesino” pudiera escuchar el corazón del viejo justo antes de matarlo y así mismo que lo escuchara después de esconderlo muerto bajo el suelo. Pero no hay por qué tratar de explicar cómo pudo escuchar el corazón en las dos ocasiones: el cuento (y así la literatura) es un mundo fundado en sí mismo, es un hecho literario y todo lo que en él ocurre no recurre más que a lo que en él es revelado y está escrito.
No importa si el protagonista en verdad estaba loco o no, si la historia de este cuento se puede explicar acudiendo a razones psicoanalíticas o no… leyendo el cuento uno no sabe cómo pudo pasar lo que en la historia del cuento ocurre. En verdad, uno se enfrenta a un interrogante, a una vacilación, a una perplejidad, a una incertidumbre. La impresión que queda es que en “El Corazón Delator” las cosas no se pueden explicar por las leyes naturales ni por medio de las sobrenaturales, o bien por las dos. Es decir, es como si el cuento pudiera pertenecer a lo extraño tanto como a lo maravilloso. En ese sentido, el cuento se sitúa en el límite de estos dos y está en el lector decidir qué opción tomar. Pero “lo fantástico implica no solo la existencia de un acontecimiento extraño, que provoca una vacilación entre el lector y el héroe, sino también una manera de leer…” (Todorov pag 29 del libro que tengo :)…). Y la manera de leer no solo depende de las habilidades del lector sino también de lo que lee.
Poe es muy diestro en este aspecto porque ha escrito sus cuentos de tal manera que su lectura es impactante, hay en ellos una “envestida” contra el lector, en el buen sentido de la palabra. No ha descuidado Poe nada en su texto que no esté dirigido a la cautivación del lector y a crear el efecto fantástico: en “El Corazón Delator” es claro que uno se encuentra ante una vacilación, ante un titubeo. Bien lo ha mostrado Cortazar, Edgar Allan Poe “…comprendió que la eficacia de un cuento depende de su intensidad como acontecimiento puro… su economía sorprende, busca que lo que se dice sea presencia de la cosa dicha y no discurso sobre la cosa.” (pag LXXIV)[1].
Se podría decir que Poe es exacto en su relato, en la medida en que cada palabra ha sido puesta cuidadosamente para colaborar en una descripción minuciosa del horror; la oscuridad, el miedo, la complacencia al crimen y otras cualidades acompañan las narraciones.
Lo anterior también se puede ver muy bien en “El Pozo y el Péndulo”, donde el sentimiento de vacilación e incertidumbre extrema está muy bien expresado. Por una parte se puede afirmar que en el “Pozo y el Péndulo” hay un momento que totalmente pertenece a lo fantástico: cuando se despierta en el calabozo y no sabe donde está, si está vivo o muerto. El protagonista es presa constante de una gran incertidumbre. No tiene seguridad sobre la naturaleza de los acontecimientos y mientras uno lee, también le pasa lo mismo. “Durante la hora de lectura, el alma del lector está sometida a la voluntad de aquel” (LXXII en Cortazar), está sometida a la voluntad del mundo que el cuento nos va presentado.
En “El Pozo y el Péndulo” el lector se acerca a las emociones que el protagonista vive; este último va narrando su experiencia como objeto de sufrimiento y pese a que conserva cierta serenidad, subsiste una gran ambigüedad mientras el personaje no descubre en donde está y a qué está sometido. Por una parte se puede decir que el cuento pertenece a lo extraño porque el desenlace en muy común: es rescatado. Pero a decir verdad, no es el final del cuento lo que sorprende sino el transcurrir. Durante un lapso muy puntual, el relato toma las dimensiones de lo fantástico y mientras tanto, el lector no sabe si se está describiendo una experiencia después de la muerte o antes de ella.
En “Gato Negro” también pasa lo mismo que en el primer cuento nombrado. El “héroe” está emparentado con características que comúnmente nos parecen propias del enfermo mental. Su reacción, su cambio de ánimo con respecto a las mascotas, no es algo muy «normal» teniendo en cuenta la decisión por la que opta, matar. Todo el relato (al igual que en “El Corazón Delator”) está acompañado por el miedo, el terror, la angustia y la complacencia al crimen. El personaje principal se siente mal, está muy incómodo, y acabar con esa molestia lo remite a los seres que de una u otra forma la generan; opta por deshacerse de ellos. Igualmente, el asesinato de su esposa es un poco arbitrario. En conclusión, en el personaje principal el amor es lo que da un vuelco dentro de sí: termina matando lo que antes amaba, a las mascotas y a su esposa. Pero más allá de esto, lo fantástico en “Gato Negro” se presenta en el desenlace de la narración. El gato sobrevive a ser “emparedado”, sepultado en la pared, acurrucado sobre el cadáver de la esposa. Este punto es crucial porque quién sabe si esto es algo sobrenatural o solamente extraño. Evidentemente la incertidumbre creada en el lector es total.
Considerar los tres cuentos anteriormente mencionados muestra que lo fantástico puede estar no sólo al final del cuento sino también durante un momento en este. Además, cada parte u objeto descrito en la narración fantástica tiene un alto contenido simbólico, por ejemplo: el ojo y el sonido del corazón en “El corazón delator”, el gato, su color y su ojo en el “gato negro” y el pozo, la oscuridad, las ratas y el péndulo en “El pozo y el péndulo”. El carácter profundo y misterioso del símbolo determina en buena parte el juego sicológico entre el texto y el lector, lo cual incide en la provocación y el dominio que llega a tener la narración sobre quien lee con cuidado.
[1] EDGAR ALLAN POE. “obras en prosa”. Vol. 1 cuentos. Ediciones Universidad de Puerto Rico. Revista de Occidente. Madrid 1956. Traducción, notas e introducción de Julio Cortazar.