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El Jugador de Dostoyevski (novela publicada originalmente en ¡1867!) me recuerda a dos amigos que conocí en el colegio, les decíamos «los tahures». En la novela, la caracterización de los personajes es fabulosa: Aleksaei Ivanovich (el jugador), Mister Astley, Polina, la Abuela, el General y Mademoiselle Blach, tienen una personalidad muy bien definida, en función de su rol, sus actos, la manera en que miran y, mucho, en función de su nacionalidad.
Para ese momento de la historia, Fiodor Dostoyevski plasma los estereotipos culturales de la gente según su país. Para escribir estos comentarios y reseña del libro he leído: Dostoyesky, Fiodor (1867) El Jugador.
Debería compararse esto con lo que Coetzee dice en «Diario de un mal año» acerca de la competición de nacionalidades como sublimación de la guerra y carrera social en la época de la globalización y el capitalismo salvaje. En el Jugador de Dostoyevski esto es tangible.
Debido a que los personajes de Dostoyevski se han encontrado en una ciudad vacacional alemana, el contexto es cosmopolita y perteneciente a cierta aristocracia. El mundo que está retratado en la novela El Jugador ya empezaba a globalizarse, y los lugares «internacionales» como la ciudad alemana donde se encuentran son un buen ejemplo de ese fenómeno.
De hecho, este contexto es expresivo de lo que vemos en el siglo XXI: ciudades vacacionales como Barcelona que se convierten en lugar de encuentro de gente de todo el mundo, ya sea en la playa, en el casino, en el parque, en las ferias, en los museos, en el coworking, etc.
Por las afirmaciones que salen de la boca del personaje Aleksaei, vemos que los franceses son de tal manera, los ingleses de otra, los alemanes de otra más, y los rusos también de otra forma. De hecho, este protagonista es un buen espécimen de algo como «el carácter ruso», y también la abuela de la familia para la que éste trabaja como tutor. Vale la pena leer la novela y conocer el ambiente que Dostoyevsi describe hábilmente. Como todas sus otras novelas, esta es un buen ejemplo de la novela rusa del siglo XIX.
En tanto jugadores, la abuela y Aleksaei son los que más revelan la emoción incontrolable de apostar. Tienen una marcada inclinación a la ludopatía. Sin embargo, en tanto “novela psicológica” es en torno de la búsqueda del amor y del dinero que la mente del protagonista se deja ver. Quiere el dinero por el poder que otorga, pero quiere alcanzarlo a través del riesgo y cree en sus corazonadas, por eso hace del atrevimiento una cualidad constante de su personalidad.
El final no es muy interesante, la verdad, hace concluir que el tal Aleksaei sí es presa de la ludopatía y las dependencias del juego. Aleksaei es muy emocional, es un sujeto entregado a sus pasiones. Difícilmente domina sus impulsos, en ese sentido es similar a Raskolnikov y a otros personajes de los hermanos Karamazov, tan propios de Dostoyevski.