En castellano ha sido traducido como Sapiens. De animales a dioses, breve historia de la humanidad, pero el título original del libro es Sapiens: A Brief History of Humankind. El autor es Yuval Noah Harari, un historiador especializado en historia medieval e historia militar, profesor en la Universidad Hebrea de Jerusalem.
(Esta es una reseña extendida de la edición con traducción de Joan Domènec Ros: Harari, Yuval Noah. De animales a dioses, breve historia de la humanidad. Debate. 2014)
De animales a dioses
De animales a dioses es un ensayo sobre la historia de la humanidad contado con diferentes claves interpretativas por el historiador Yuval Noah Harari. Estamos acostumbrados a dejarnos contar la historia de la humanidad a través de las claves tradicionales tales como los héroes, las guerras, las revoluciones sociales, etc. Lo novedoso, si es que en este género existe algo novedoso, es que este joven historiador (39 años al publicar el libro) evoca al animal-hombre desde su prehistoria hasta el presente, reseñándolo como Homo Sapiens, con el ánimo de recordarnos al ser humano desde la perspectiva evolutiva moderna.
Va llevando al lector paso por paso desde una perspectiva macro, como quien está mirando la historia del Sapiens desde el cielo. Expresión que debe ser bien entendida por cuanto su visión es la de un agnóstico. De simios sin importancia a dioses del frágil planeta actual es algo así como su tesis.
Las claves principales de Yuval Noah en su libro con respecto al animal denominado Sapiens, son: El fuego le dio poder; La conversación hizo al Sapiens que sus semejantes cooperaran; La agricultura alimentó su ambición; la mitología sostuvo la ley y el orden; el dinero ofreció algo en que confiar; las contradicciones crearon la cultura. La ciencia hizo al Sapiens un dios imparable, “amortal”, insatisfecho e irresponsable.
Es de anotar que Yuval Noah le da a la evolución del Homo Sapiens un significado preponderante. La explicación evolutiva de este magnífico animal, explica todo su perfeccionamiento biológico, explica gran parte de su prehistoria, sugiere que su supervivencia arrasó con muchísimas especies de animales, otros animales de su misma especie –homo– y plantas.
El misterioso reacomodo social del Sapiens, mediante sus innovaciones sociales, con sus iguales; las diferentes creaciones inmateriales (imaginadas) y variables que permitieron modelar el actual orden social; y la profecía científica del sapiens del futuro, del hombre biónico, “amortal”, dios inconforme, requerirá de un nuevo y revolucionario orden social universal, son el hilo conductor de esta obra, didáctica y hasta divertida.
Un animal más en la evolución
El Homo sapiens es para Yuval Noah la única especie de “animal” Homos que sobrevivió, de seis especies de hombres distinguidas por los científicos. Y que el derecho a vivir de este ser, que fuimos nosotros, le costó la vida a muchas especies de animales, en especial los grandes mamíferos, los cuales constituyeron, sin duda, la dieta más preciada de las bandas de Homo Sapiens de nuestra prehistoria. Descarta la romántica creencia de que los grandes animales pobladores de nuestra prehistoria fueron aniquilados principalmente por el cambio climático y demás cuentos románticos que hemos escuchado desde siempre en revistas y documentales especializados.
Al leer línea por línea de esta narración, el veredicto del Sapiens es que es culpable de esta masacre de animales y plantas, y punto. Es decir nunca en la historia del Homo Sapiens ha podido vivir en armonía con la naturaleza. Tremenda sentencia para contrastarla con la noble visión del hombre que nos ha proporcionado la educación secularizada actual.
Un animal que deja de ser animal y pasa a ser un competidor inteligente por los recursos de la naturaleza gracias a la Revolución Cognitiva. Yuval dice que “mutaciones genéticas accidentales cambiaron las conexiones internas del cerebro de los sapiens lo que les permitió pensar de manera sin precedentes y comunicarse utilizando un tipo de lenguaje totalmente nuevo”, según la teoría más ampliamente compartida para los científicos.
Las causas quedan explicadas en que ésto es apenas una teoría. Las consecuencias de esta nueva dotación genética en el Sapiens lo hace un ser de otro planeta nacido en el planeta de los animales y las plantas. Cambia todo (en particular en la competencia por la sobrevivencia) para los animales y las plantas a partir de este salto evolutivo. El Sapiens – inteligente superior- avanza hacia un lenguaje sofisticado que le permitirá la revolución de la agricultura y de su organización social como ningún otro animal lo pudo imaginar (claro, ningún otro animal tiene imaginación).
La revolución agrícola, una trampa
Esta es otra clave. Solo a este autor se le ocurre decir que la revolución agrícola es una trampa. Es necesario leer este libro para encontrar en esta línea de argumentación un razonamiento como éste: “Esta es la esencia de la revolución agrícola: la capacidad de mantener más gente viva en peores condiciones”.
Lo que fue capaz de hacer la imaginación
El orden social de los sapiens no es natural. La biología no lo tiene incorporado en el hardware del sapiens. El orden social y sus diferentes piezas inmateriales que lo componen son producto de la imaginación del Sapiens, el más sofisticado software de este superanimal en que la evolución lo convirtió, según tesis del autor. Esta tesis, deducida de la complejidad evolutiva nos pone a pensar, ¿qué hubiera sido de nosotros si las creativas mentes de nuestros antepasados prehistóricos hubieran imaginado otras piezas inmateriales de valores distintos de la “igualdad”, “derechos humanos”, “justicia”, “ojo por ojo o la ley del talión”, religiones y mitos?, cosas asi, que son tan naturales para nosotros pero que según el autor, de una forma inexplicable el Sapiens las imaginó y con ellas logró una organización social, base de lo que tenemos ahora.
No hay justicia en la historia
Una sociedad basada en las jerarquías, sistemas de castas y estratificaciones parecidas a la de los sapiens, son producto de su imaginación (constructos imaginados), ya que las jerarquías sociales o las casta no tienen nada de biología y mucho menos de base lógica – no son reales -, parece una contradicción porque existen -. En últimas este animal dotado de preferencias evolutivas se salió con las suyas construyendo con el trascurrir de los años el orden social a base de elementos inmateriales finamente justificados y compartidos por los demás de su especie. La historia registra que es esta invención – el orden social – que facilita el reacomodo social, nada ha sido nada justa por cierto. Para el caso, con tan solo repasar la discriminación de los negros e indígenas y su esclavización, la minimización de la mujer, la explotación de los obreros fabriles, la discriminación de los homosexuales, etc.
La unificación de la humanidad
Los constructos imaginados, artificialmente creados, compartidos por grandes grupos humanos se tornaron más refinados cada vez y ello contribuyó a que la gente se acostumbrara a pensar de determinada manera, a comportarse de acuerdo con determinados estándares, desear ciertas cosas y observar determinadas normas. A esta manera de pensar, creer y actuar se le denominó “Cultura”. Esta cultura se caracteriza por ser cambiante y especialmente contradictoria o lo que se llamado disonancia cognitiva. Lejos de ser una desventaja es o ha sido una condición a favor que ha facilitado el flujo constante a través de la historia. Por ello la historia tiene una dirección: la unificación global. Estamos presenciando los hechos producto de la globalización del cambio de una sociedad humana caracterizada por una constelación de países y/o naciones a la unificación de bloques de países, la idea de “orden universal”.
El dinero entidad de confianza universal
El autor sostiene que el dinero es el más universal y más eficiente sistema de confianza mutua que jamás se haya inventado. Lo que creó dicha confianza fue una red muy compleja y a muy largo plazo de relaciones políticas, sociales y económicas. “El dinero es el único sistema de confianza creado por los humanos que puede salvar casi cualquier brecha cultural, y que no discrimina sobre la base de la religión, el género, la raza, la edad o la orientación sexual. Gracias al dinero, incluso personas que no se conocen y no confían unas en otras pueden, no obstante cooperar de manera efectiva”. “El dinero se basa en dos principios universales a saber (1) principio de convertibilidad universal; se puede convertir la tierra en lealtad, la justicia en salud y la violencia en conocimiento.(2) Confianza universal, con el dinero como intermediario, cualesquiera dos personas pueden cooperar en cualquier proyecto”.
El dinero ha sido esencial tanto para construir imperios como para promover la ciencia.
Los imperios y su dinámica
Los imperios son presentados por el autor como un conjunto ininterrumpido de fases sucesivas explicadas con las siguientes claves. (1) Un pequeño grupo establece un gran imperio, (2) Se forja una cultura imperial, (3) Los pueblos sometidos adoptan la cultura imperial, (3) Los pueblos sometidos reclaman un estatus igual en el nombre de los valores imperiales comunes (adoptados), (4) Los fundadores del imperio pierden su dominación, (5) La cultura imperial sigue desarrollándose y prosperando. ¿Hacia dónde?. Hacia el nuevo imperio global.
El imperio global que se está formando frente a nosotros, el cual podemos ver en los noticieros de televisión y en la internet, no está gobernado por ningún Estado o grupo étnico particulares. Está gobernado por una élite multiétnica y se mantiene unido por una cultura común e intereses comunes.
La Ley de la religión
La religión ha sido la tercera gran unificadora de la Humanidad junto con el dinero y los imperios. El papel histórico unificador de la Religión ha consistido en conferir legitimidad sobrehumana a los órdenes y jerarquías sociales que por supuesto son imaginadas por el hombre. Las religiones afirman que nuestras leyes no son el resultado del capricho humando, sino que son ordenadas por una autoridad absoluta y suprema. Esto ayuda a situar al menos algunas leyes fundamentales más allá de toda contestación, con lo que se asegura la estabilidad social.
El autor hace una diferencia bien interesante entre las religiones teístas, el Islamismo, el Cristianismo, el judaísmo por ejemplo, y otras religiones que él llama Religiones de ley natural tales como el liberalismo, el comunismo, el nacionalismo y el nazismo.
Dice que a estas creencias no les gusta que se les llame religiones sino que prefieren llamarse ideologías. Par el caso es igual, son todas religiones al fin y al cabo. Si una religión es un sistema de normas y valores humanos que se fundamenta en la creencia en un orden sobre humano (no necesariamente sobrenatural), entonces el comunismo soviético no era menos religión que el islamismo.
Las religiones no necesariamente teístas, que el autor llama Religiones Humanistas, es decir, las que veneran a la humanidad son tres:
- Humanismo Liberal: la humanidad es individualista y reside en cada individuo. El mandamiento supremo es proteger el núcleo interno y la libertad de cada Homo Sapiens individual.
- Humanismo Socialista: La humanidad es colectiva y reside en la especie Homo Sapiens como un todo. El mandamiento supremo es proteger la igualdad de la especie homo Sapiens.
- Humanismo Evolutivo: La humanidad es una especie mutable. Los humanos podrían degenerar a subhumanos o evolucionar a superhumanos.
El mandamiento superior que tienen en común estas tres religiones es: Homo Sapiens posee una naturaleza única y sagrada que es fundamentalmente diferente de la naturaleza de todos los demás seres y fenómenos. El bien supremo es el bien de la humanidad.
La revolución Científica
El momento único, más notable y definitorio de los últimos 500 años llegó en la mañana del 16 de julio de 1945. En aquel preciso momento, científicos estadounidenses detonaron la primera bomba atómica en Alamogordo, Nuevo México. A partir de aquel momento, la humanidad tuvo la capacidad no solo de cambiar el rumbo de la historia, sino de ponerle fin. El proceso histórico que condujo a Alamogordo y a la Luna se conoce como Revolución Científica. Pero según este autor el descubrimiento fundacional de la revolución científica fue el descubrimiento de América.
Durante dicha revolución la humanidad ha obtenido nuevos y enormes poderes al invertir recursos en la investigación científica. Se trata de una revolución porque, hasta aproximadamente el 1500 D. C., los humanos en todo el mundo dudaban de su capacidad para obtener nuevos poderes médicos, militares y económicos.
Tres puntos fundamentales que describen a la ciencia hoy:
- La disposición a admitir que no se sabe todo. Los humanos no saben todas las respuestas a sus preguntas más importantes. Esto es lo que es verdaderamente revolucionario en la gente de ciencia descubrir la ignorancia y aprovechar este conocimiento.
- Las observaciones sistemáticas de la realidad y el empleo de herramientas matemáticas para diseñar nuevas teorías generales.
- El uso dichas teorías para adquirir nuevos poderes. Saber es poder.
La ciencia tiene un viejo amante. La investigación científica solo puede florecer en alianza con alguna religión o ideología. La ideología justifica los costos de la investigación. A cambio la ideología influye sobre las prioridades científicas y determina qué hacer con los descubrimientos.
El matrimonio perfecto se da entre la ciencia y el imperialismo moderno como lo conocemos, gracias a una fuerza particularmente importante: el capitalismo. Si no hubiera sido por hombres de negocios que buscaban hacer dinero, Colón no hubiera llegado a América, James Cook no habría alcanzado Australia y Neil Amstrong nunca habría llegado a la Luna.
El credo del capitalismo es en esencia el crecimiento, basado en la reinversión en la producción y la codicia del capitalista. El Capitalismo también cree en lo que el profeta del capitalismo Adam Smith sentenció: que el impulso egoísta humano de aumentar los beneficios privados es la base de la riqueza colectiva. Lo que Smith dijo es que la codicia es buena y que al hacerme rico yo beneficio a todos, no solo a mí. El egoísmo es altruista. En consecuencia, los ricos son la gente más útil y más benévola de la sociedad, porque hacen girar las ruedas del crecimiento en beneficio de todos. La idea genial, capitalista en esencia pura, de que los beneficios de la producción deben reinvertirse en aumentar la producción parece trivial, pero fue ajena a la mayoría de la gente a lo largo de la historia.
Ahora bien la creencia del capitalismo en el crecimiento económico perpetuo va en contra de casi todo lo que conocemos acerca del universo. Cuando el crecimiento se convierte en un bien supremo no limitado por ninguna otra consideración ética puede conducir fácilmente a la catástrofe. El autor se pregunta: ¿acaso el pastel económico puede crecer indefinidamente? Todo pastel necesita materias primas y energía. Los profetas de la catástrofe advierten que tarde o temprano el Homo Sapiens agotará las materias primas y la energía del planeta Tierra. ¿Y qué ocurrirá entonces?
La rueda de la industria
Parece que seguirá girando no obstante las advertencias de lo finitos de las materias primas que son a su vez los insumos de la industria. Uno de los principales insumos es la energía pero la ciencia ha descubierto que existen múltiples fuentes infinitas de energía: es evidente que el mundo no carece de energía. De lo que carecemos es del conocimiento necesario para dominarla (domesticarla) y convertirla para nuestras necesidades. Ante la disminución de las materias primas naturales, descubrimientos científicos permitieron a la humanidad inventar materias primas nuevas como los plásticos, y descubrir materiales desconocidos como el silicio y el aluminio y muchos más. Igual la revolución industrial logro aumentar la cantidad de comida como consecuencia de la segunda revolución agrícola que es una de sus hijas (de la R.I.). La revolución industrial permitió que por primera vez en la historia de la humanidad la oferta superara la demanda y genero otro problema. ¿Quién iba a comparar todas estas cosas?, y nace la sociedad de consumo, con su ética del consumo que justifica todo el comportamiento que vivimos y nuestra obsesión a comprar compulsivamente : “La edad de las compras”.
La revolución permanente
No obstante el mundo ajustado a las necesidades del Homo Sapiens ha cambiado para volverse un centro comercial de hormigón y plástico, destrucción de la naturaleza como algunos le llaman, pero no es realmente una destrucción, es cambio. La naturaleza no puede ser destruida. Ante la amenaza nuclear hay otros organismos a los que quizá les iría muy bien. Las ratas y las cucarachas, por ejemplo, estarían en su apogeo. Probablemente estos tenaces animales saldrían humeantes del Armagedón nuclear, dispuestas a difundir su ADN y sin duda son capaces de hacerlo. Quizás dentro de 65 millones de años unas ratas inteligentes contemplarían agradecidas la destrucción que la humanidad provocó, igual que nosotros podemos dar las gracias a aquel asteroide que acabó con los dinosaurios. Pero aún los rumores de nuestra propia extinción son prematuros.
Desplome de la familia y la comunidad
La revolución industrial trajo decenas de trastornos importantes a la sociedad humana. Adaptarse al tiempo industrial es solo uno de ellos. Pero de todos los trastornos el más poderoso es el desplome de la familia y de la comunidad local y su sustitución por el Estado y el Mercado.
El Estado y el Mercado son la madre y el padre del individuo, y el individuo solamente puede sobrevivir gracias a ellos. Los papeles que la familia jugaba los ha sustituido el Estado y el Mercado en los tiempos actuales. Este esquema social ha liberado al individuo como entidad poseedora de derechos. Pero la liberación del individuo tiene un precio. Muchos de nosotros lamentamos ahora la pérdida de familias y comunidades fuertes y nos sentimos alienados y amenazados por el poder impersonal que el Estado y el Mercado ejercen sobre nuestras vidas. ¿Cómo ha cambiado con el tiempo el esquema?. Veamos:
- El esquema o círculo premoderno era: Estado y Mercado débiles – individuos débiles – familias y comunidades fuertes que influían en el Estado.
- El esquema o círculo moderno es: Estado y mercado fuertes – individuos fuertes – familias y comunidades débiles que influyen en el Estado.
Otra característica de trastorno o decadencia de la familia y las comunidades es la sustitución por las comunidades imaginadas, esto quiere decir una “comunidad” de gente que no se conoce mutuamente pero que imaginan que si. Estas entidades se explican mejor si analizamos por ejemplo la Nación y las tribus de consumidores.
El hombre ha empezado a quebrar las leyes de la selección natural, sustituyéndolo con las leyes del diseño inteligente
La Nación es una comunidad imaginada del Estado. La tribu de consumidores es la comunidad imaginada del Mercado. El consumismo y el nacionalismo hacen horas extras para hacernos imaginar que millones de extraños pertenecen a la misma comunidad que nosotros, que todos tenemos un pasado común, intereses comunes y un futuro común.
Otros ejemplos simpáticos de las tribus de consumidores serían los fans de Madona y los hinchas del Real Madrid. Todos estos se definen por lo que consumen que es la clave de su identidad. Y qué tal si se afirma un caso hipotético como éste a manera de ejemplo: Un alemán vegetariano puede preferir casarse con una francesa vegetariana que con una alemana carnívora.
Movimiento Perpetuo
La única característica de la que podemos estar seguros es del cambio incesante. El orden Social se haya en flujo constante, cambiando y cambiando. Lo único seguro es el cambio en nuestro presente. El Nuevo Orden elástico parece poder contener e incluso iniciar cambios estructurales radicales sin que desemboquen en conflictos violentos. Todo esto en contraposición a los cambios que ha traído las revoluciones violentas y las guerras mundiales en la creación del Orden Social registrado por la historia reciente de la humanidad.
Paz
Para el escritor de este ensayo estamos en un momento en el cual están dadas las condiciones para una paz real, el rompimiento de la ley de la jungla, no en ausencia de guerra como ha sido lo estándar en la historia de la humanidad. Dice que podrían darse guerras entre varios estados, Israel y Siria, Etiopía y Eritrea o USA e Irán, pero estas son solo excepciones que confirman la regla. Destacamos que este libro es escrito y publicado en 2013. Existen varios factores que nos permiten ser optimistas con respecto a la paz real, veamos:
- Las armas nucleares han convertido la guerra entre superpotencias en suicidio colectivo y han hecho imposible pretender dominar el mundo por la fuerza.
- Aunque el precio de la guerra ha ido aumentando sus beneficios han ido disminuyendo. En la actualidad, la riqueza consiste principalmente en capital humano, conocimiento técnico y estructuras socioeconómicas complejas como los bancos. En consecuencia es difícil llevársela o incorporarla al propio territorio por la fuerza.
- La nuestra es la primera época en la historia en la que el mundo está dominado por una élite amante de la paz: políticos, empresarios e intelectuales y artistas que de manera genuina consideran que la guerra es a la vez mal y evitable. La amenaza del holocausto mundial promueve el pacifismo. La mayoría de los países ya no se amenazan en una guerra a gran escala por la simple razón de que ya no son países independientes. Estamos asistiendo a la formación de un imperio global, y puesto que sus fronteras cubren todo el planeta, el imperio mundial hace cumplir de manera efectiva la paz mundial.
Para contentar a la vez a optimistas y pesimistas, se concluye que nos hallamos en el umbral tanto del cielo como del infierno, moviéndonos nerviosamente entre uno y otro y una serie de coincidencias nos puede enviar en cualquiera de las dos direcciones.
La felicidad humana
Filósofos, sacerdotes y poetas han meditado sobre la naturaleza de la felicidad durante milenios y muchos han llegado a la conclusión de que los factores sociales, éticos y espirituales tienen un impacto tan grande sobre nuestra felicidad como las condiciones materiales.
En décadas recientes, psicólogos y biólogos han aceptado el reto de estudiar científicamente lo que hace realmente que la gente sea feliz.
¿Qué es lo que se mide para encontrar el grado de felicidad?:
La definición generalmente aceptada es que felicidad es una sensación o bien de placer inmediato, o bien de satisfacción a largo plazo con la manera como se desarrolla mi vida.
Si es algo que siento dentro de mí, ¿Cómo puede medirse desde afuera?:
Después de descartar el dinero, la salud y la familia como fuentes absolutas de felicidad, el autor menciona que el hallazgo más importante de todos es que la felicidad no depende realmente de condiciones objetivas (dinero, salud, familia, comunidad) sino de la correlación entre las condiciones objetivas y las expectativas subjetivas. Ejemplo, si uno quiere un carro y obtiene un carro, está contento, si fuera un Ferrari y se obtiene un Fiat de segunda mano puede esto asimilarse como pérdida (insatisfacción).
Si la felicidad viene determinada por las expectativas, entonces dos pilares de nuestra sociedad (los medios de comunicación y la industria publicitaria) pueden estar vaciando, sin saberlo los depósitos de satisfacción del planeta. Puede ser que el descontento de tercer mundo no estuviera fomentado únicamente por la pobreza, la enfermedad, la corrupción y la opresión política, sino también por la simple exposición a los estándares del Primer Mundo.
Concluye esta reflexión después de mencionar como el Budismo trata eficientemente con los deseos y expectativas del hombre etc. para concluir con lo siguiente: La mayoría de los libros de historia se centran en las ideas de los grandes pensadores, la valentía de los guerreros, la caridad de los santos y la creatividad de los artistas. Tienen mucho que decir acerca de cómo se tejen y se desenredan las estructuras sociales, sobre el auge y caída de los imperios, acerca del descubrimiento y la expansión de las tecnologías; pero no dicen nada acerca de cómo esto influyó sobre la felicidad y el sufrimiento de los individuos. Esta es la mayor laguna en nuestra comprensión de la historia, y sería mejor que emperezáramos a llenarla.
El final del Homo Sapiens
El Homo Sapiens ha trascendido los límites determinados por la biología de su especie. Desde su punto de vista evolucionista y materialista, el autor señala que el hombre ha empezado a quebrar las leyes de la selección natural, sustituyéndolo con las leyes del diseño inteligente.
Se destaca el comentario según el cual los biólogos de todo el mundo están enzarzados en una batalla contra el diseño inteligente, que se opone a la enseñanza de la evolución darwinista en las escuelas y afirma que la complejidad biológica demuestra que tuvo que haber un creador que pensara en todos los detalles biológicos por adelantado.
El hombre actual es el diseñador inteligente (el autor nunca señala a Dios como diseñador, como es obvio), y dice que la sustitución de la selección natural por el diseño inteligente humano podría ocurrir de tres maneras: 1-ingeniería biológica, 2- ingeniería de ciborgs (seres que combinan las partes orgánicas con partes no orgánicas) 3- ingeniería de vida inorgánica, con respecto a este último recuerda como el Proyecto Cerebro Humano, fundado en 2005, espera recrear un cerebro humano completo dentro de un computador, con circuitos internos en el aparato que simulen las redes neuronales del cerebro. En 2013 el proyecto recibió una ayuda de 1.000 millones de euros de la Unión Europea.
Con toda esta hipersuficiencia científica del hombre actual, la capacidad de producir superhumanos (Proyecto Gilgamesh) está a la orden del día. Los dilemas éticos son enormes. La humanidad está a punto a de crear la más desigual de todas las sociedades de la historia de la humanidad. Imagínense ustedes con la ayuda de las nuevas tecnologías médicas, por muy largo tiempo, solo las clases superiores podrán acceder a tales avances y las consecuencias serán las desmedidas ventajas en capacidades y talentos biológicos mejorados para los suyos y sus descendientes, aumentando la inequidad sobre los hijos de las clases sociales más pobres.
Y escuchen esto: El potencial real de las tecnologías futuras es cambiar al propio Homo Sapiens, incluido sus emociones y deseos y no simplemente su vehículo y sus armas.
El animal que se convirtió en dios
Yuval Noha Harari termina esta historia de la humanidad, distinta por su macromirada desde varios ángulos, no tratados por escritores que han tocado el tema de la historia de la humanidad diciendo que somos más poderosos de lo que nunca fuimos, pero tenemos muy poca idea de qué hacer con ese poder. Peor aún, dice, los humanos parecen ser más irresponsables que nunca. Dioses hechos a sí mismos con solo las leyes de la física para acompañarnos. No hemos de dar explicaciones a nadie.
En consecuencia causamos estragos a nuestros socios animales y ecosistemas que nos rodean buscando tan solo nuestra comodidad y diversión pero sin encontrar nunca satisfacción y concluye con una pregunta lapidaria: ¿Hay algo más peligroso que unos dioses insatisfechos e irresponsables que no saben lo que quieren?
Tengo que leerlo. Me parece que hay demasiados puntos que se concideran de «macrovision» por parte del autor que comparto!