Cristalizaciones de Tomás Yambria es un libro en el cual se publican 8 cuentos bien escritos que narran pequeños y sorprendentes dramas de la vida cotidiana. Esta reseña es el resultado de la lectura de sus cuentos urbanos, 8 momentos de la vida presente surcada por las interferencias del Internet y otros sueños tecnológicos. Son relatos muy propios de las realidades del siglo XXI.
Las cristalizaciones, como lo afirma el libro, son «Impurezas, puntos de partida, impulsos que se alejan del camino común para construir un pequeño orden nuevo, más o menos absurdo, más o menos efímero. Una cristalización» (p.9).
Me gusta mucho tener en mis manos esta autopublicación, estas Cristalizaciones de Tomás Yambria, saber de dónde viene y haber tenido la oportunidad de recibirla del propio autor. Tengo la segunda edición publicada en febrero de 2004 por este emprendedor y escritor español. No todas las autopublicaciones son productos interesantes, pero esta lo es.
Los relatos demuestran una pluma inteligente, con historias interesantes y de alguna forma inspiradoras. En cierto modo son cristalizaciones, periplos que cristalizan en algo. Otros adjetivos positivos merecen estos textos, excepto el que se llama «Luz», el cual es un poema en prosa nada extraordinario que no me llama la atención en términos literarios.
Hay bastante sensibilidad en estos relatos y son fluidos. Eso me gustó. No son nada forzados. El primer cuento se llama «Pirámide» y es una historia muy interesante que conecta muy bien con el título. Trata de un chico que casi espontáneamente construye un lugar sagrado. El segundo se llama «Transplante» y también es una escena cautivante, aunque el final me ha dejado insatisfecho. De hecho, en los cuentos siguientes también sentí que terminaban un poco abruptamente.
Las ilustraciones que acompañan la publicación son de Elena Hormiga y combinan perfectamente. Son buenas y cumplen la gran labor de no evidenciar el relato, por el contrario son solo sugerencias, están en el límite de lo abstracto y lo figurativo, y haberlas publicado sobre fondo negro es un gran acierto.
«Nuevo lenguaje» es otro de los relatos, muy interesante y bien escrito. Leí en él una de las mejores descripciones o reflexiones sobre el logo de Apple. Trae una idea magnífica que vale la pena resaltar: después de conocer Google, una persona mayor se lanza a buscar lo no dicho, lo no expresado. «Madre Piedra» es el relato más trágico, pero muy interesante, una historia enganchante y con un agradable suspenso. Es la crónica de una camarógrafa. Solo le objeto a este relato no haberme convencido de que el protagonista sea una mujer. Aquí le faltó tacto en el género.
El último cuento es «La Próxima Iteración». Es una historia con un niño superdotado para la robótica y una madre lejana a la tecnología. Es cautivador y atrapante. Si no me equivoco es el cuento más largo del libro y en este no siento que termine abruptamente. Se nota que está más desarrollado. El colofón de los 8 relatos es muy bueno. Un mensaje que muchos compartimos. El libro en su conjunto es bueno, merece ser leído, son episodios bien hechos, aunque sean evidente que algunos detalles editoriales se han colado.