Después de leer el libro “Antología poética” de Federico García Lorca (1898 – 1936) he aprendido que el poeta de Fuente Vaqueros fue un observador de la naturaleza y un creyente de su potencia creadora y mística. Con este credo cantó a Andalucía, al amor y la muerte, y también al desencanto de la ciudad moderna. En “Poeta en Nueva York” Federico García Lorca dice “Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes / como recién salidos de un naufragio de sangre” (1985: 239). García Lorca expresó su conexión con la naturaleza y su espíritu; descubrió su verdad en este mundo, la vio entretejida en los paisajes, el mundo onírico, la gente y las costumbres de la Andalucía tradicional. Sus poemas hablan de la Andalucía campesina, pero no con una poesía realista o costumbrista, sino mística. García Lorca también fue un observador de la sociedad, como lo demuestra en sus no tan conocidos estudios sobre las canciones de cuna en España y escritos que se pueden encontrar bajo el título “Mi pueblo”. El libro “Antología poética” recoge poemas entre 1918 y 1935 que van desde el “Libro de poemas y canciones” hasta el “Llanto por Ignacio Sánchez Mejías”.
García Lorca, Federico
Antología poética
Selección y prólogo de Allen Josephs
168 poemas
Editorial Plaza & Janés
Barcelona. 1985
312 páginas
La antología poética de García Lorca que se cita aquí es un libro con una selección hecha por Allen Josephs, académico de la University of West Florida; publicado en 1985 por Plaza & Janés, trae un prólogo generoso de Josephs titulado así: “Federico García Lorca, poeta universal”. Universal, porque su obra abarca grandes temas, grandes símbolos, y porque es un poeta difícil de adjetivar. Josephs subraya que el “primitivismo” o arcaísmo es la piedra fundamental del arte moderno, en el cual García Lorca tiene un lugar junto a otros como Picasso, Gauguin o Graves. Cierto primitivismo en cuanto denuncia del racionalismo materialista y el antiespiritualismo de la sociedad moderna. En ese orden, García Lorca confesó su enlace con la naturaleza y ennobleció a la Andalucía tradicional y mágica, que en su tiempo estaba más cerca del Medioevo que de la modernidad. De cierta forma, García Lorca es atávico, en tanto que descubre una gran profundidad en la vieja sensibilidad andaluza y una gran banalidad en la Nueva York de los años 1930.
Federico García Lorca hace parte de los poetas de la Generación del 27, junto a Pedro Salinas, Jorge Guillén, Rafael Alberti, Dámasco Alonso, Gerardo Diego y Vicente Aleixandre.
La naturaleza, Andalucía y el duende
Federico García Lorca hablaría sobre cómo su sensibilidad estaba atada al campo y a la tierra, a una compenetración con la naturaleza: “Siendo niño, viví en pleno ambiente de Naturaleza. Como todos los niños adjudicaba a cada cosa, mueble, objeto, árbol, piedra, su personalidad. Conversaba con ellos y los amaba. En el patio de mi casa había unos chopos. Una tarde se me ocurrió que los chopos cantaban.” (García Lorca citado en Josephs; 1985: 22). “Sé árbol”, “Sé ruiseñor”, es decir, conviértete en naturaleza, canta el poeta.
Allen Josheps subraya, por lo tanto, y con mucha razón, el interés de García Lorca por el sentir e idea andaluza de “duende”, “tener duende”, “lo enduendado”. En el texto de García Lorca “Teoría y juego del duende” él mismo lo explica así: “Así, pues, el duende es un poder y no un obrar, es un luchar y no un pensar. Yo he oído decir a un viejo maestro guitarrista: «El duende no está en la garganta; el duende sube por dentro desde la planta de los pies». Es decir, no es cuestión de facultad, sino de verdadero estilo vivo; es decir, de sangre; es decir, de viejísima cultura, de creación en acto.”.
Nota al margen: ¿Podemos establecer un paralelo entre “tener duende” o “el duende” y el concepto de “genio” de Kant en la crítica del juicio?
El duende como un poder espiritual, proveniente de la raíz, un sentir casi religioso, “un poder misterioso que todos sienten y que ningún filósofo explica”, dice una frase de Goethe acerca de Paganini que García Lorca incluye en su texto. El niño estaría en contacto con esa raíz creadora, inmerso en lo poético, en la poiesis, en comunión con la intuición pura. ¿El duende es la misma fuerza de la inspiración? ¿las musas? ¿es acaso una región creativa del cerebro? ¿un soplo divino?.
García Lorca tenía un entendimiento sobre la poesía y la inspiración que merece la pena ser citado otra vez:
“Pero el poeta que quiere librarse del campo imaginativo, no vivir exclusivamente de la imagen que producen los objetos reales, deja de soñar y deja de querer. Ya no quiere, ama. Pasa de la ‘imaginación’ que es un hecho del alma, a la ‘inspiración’ que es un estado del alma. Pasa del análisis a la fe. Aquí ya las cosas son porque sí, sin efecto ni causa explicable. Ya no hay términos ni límites, admirable libertad.
Así como la imaginación poética tiene una lógica humana, la inspiración poética tiene una lógica poética. Ya no sirve la técnica adquirida, no hay ningún postulado estético sobre el que operar; y así como la imaginación es un descubrimiento, la inspiración es un don, un inefable regalo” (García Lorca citado en Josephs; 1985: 24).
Federico García Lorca es el poeta más había ahondado en el tema flamenco; en sus textos se habla de la cultura gitana, la semana santa sevillana y el barrio gitano del Sacromonte. Estos son varios fragmentos de poemas incluidos en la Antología poética de García Lorca y que reflejan lo comentado anteriormente:
“Junta tu roja boca con la mía
¡oh Estrella la gitana!
Bajo el oro solar del mediodía
morderé la manzana.
En el verde olivar de la colina
hay una torre mora,
del color de tu carne campesina
que sabe a miel y aurora.
(Dos primeros versos del poema “Madrigal del verano”)
“¿Quién pudiera entender los manantiales,
el secreto del agua
recién nacida, ese cantar oculto
a todas las miradas
del espíritu, dulce melodía
más allá de las almas…?
(Fragmento del poema “Manantial”)
“PAISAJE
El campo
de olivos
se abre y se cierra
como un abanico.
Sobre el olivar
hay un cielo hundido
y una lluvia oscura
de luceros fríos.
Tiembla junco y penumbra
a la orilla del río.
Se riza el aire gris.
Los olivos
está cargados
de gritos.
Una bandada
de pájaros cautivos,
que mueven sus larguísimas
colas en lo sombrío.”
(Fragmento del Poema de la Siguiriya Gitana)
DE PROFUNDIS
Los cien enamorados
duermen para siempre
bajo la tierra seca.
Andalucía tiene
largos caminos rojos.
Córdoba, olivos verdes
donde poner cien cruces,
que los recuerden.
Los cien enamorados
duermen para siempre.
DOS MUCHACHAS
A Máximo Quijano
La Lola
Bajo el naranjo lava
pañales de algodón.
Tiene verde los ojos
y violeta la voz.
¡Ay, amor,
bajo el naranjo en flor”
El agua de la acequia
iba llena de sol,
en el olivarito
cantaba un gorrión.
¡Ay, amor,
bajo el naranjo en flor!
Luego, cuando la Lola
gaste todo el jabón,
vendrán los torerillos.
¡Ay, amor,
bajo el naranjo en flor!
“ROMANCE SONÁMBULO
A Gloria Giner
y a Fernando de los Ríos.
Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verde ramas.
El barco sobre el mar
y el caballo en la montaña.
Con la sombra en la cintura
ella sueña en su baranda,
verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Verde que te quiero verde.
Bajo la luna gitana,
las cosas la están mirando
y ella no puede mirarlas.”
(Fragmento del Poema Romance Sonámbulo)
En poemas como los anteriores García Lorca transcribe cierto espíritu andaluz. En sus obras Poemas del cante Jondo y Romancero gitano están presentes la siguiriya y la seguiriya (la primera es el cante flamenco de carácter triste y solemne, y la segunda es uno de los palos flamencos más antiguos, es un baile velorio). En sus versos también se canta a las aceitunas, las naranjas, la luna, Sevilla, Granada, Córdoba, Ronda, el río Guadalquivir, la hierbabuena, la guitarra, el chopo, los cantos jondos, Albacete. Por otra parte, la soleá, el alba, la noche, la muerte, la luna, la saeta, el puñal, son elementos de mucha intensidad dramática que se encuentran en sus poemas. García Lorca es al mismo tiempo religioso y profano, ritual, natural y honra las costumbres antiguas del espíritu andaluz
El poema “Muerte de Antoñito el Camborio” es un ejemplo de rima al final del segundo verso y todos los versos pares. Es un Romance, de ahí “Romancero Gitano”. El romance es una composición poética de gran extensión en España y Latinoamérica, generalmente constituido por versos octosílabos con rima asonante en los versos pares.
Poeta en Nueva York, todo lo contrario a la Andalucía antigua
La visita de Federico García Lorca a Nueva York en los años 30 generó en él una reacción de sorpresa y desencanto. Como bien explica Allen Josephs en el prólogo, la gran ciudad de Nueva York era todo lo contrario a esa visión romántica, esencial, mágica, antigua, natural y que era Andalucía en aquel entonces. Los poemas “Danza de la muerte”, “Ruina” o “Infancia y muerte” expresan su rechazo desde el título, el poema “El rey de Harlem” retrata este lugar con gran negativismo y el poema “Ciudad sin sueño” dice “No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie. No duerme nadie”. En los poemas de Nueva york hay dolor y sufrimiento, “¡ay, ay de mí!” repite varias veces, “¡Oh mi cuello recién degollado!”. Otro ejemplo de este sentimiento es su poema “La aurora”:
LA AURORA
La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean las aguas podridas.
La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.
La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
A veces las monedas de enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.
(Fragmento del Poema La aurora)
No obstante, y como muchos otros han encontrado en Estados Unidos, Federico García Lorca también reencontró a Walt Whitman, el gran inspirado. Este es un fragmento del poema “Oda a Walt Whitman”:
Ni un solo momento, viejo hermoso Walt Whitman,
he dejado de ver tu barba llena de mariposas,
ni tus hombros de pana gastados por la luna,
ni tus muslos de Apolo virginal,
ni tu voz como una columna de ceniza;
anciano hermoso como la niebla
que gemías igual que un pájaro
con el sexo atravesado por una aguja,
enemigo del sátiro,
enemigo de la vid
y amante de los cuerpos bajo la burda tela.
Sobre Gacelas, Casidas y Sonetos en el Diván de Tamarit
En el libro Diván de Tamarit hay una gran referencia a la herencia histórica de Granada. Se cree que el proyecto de este libro es temprano, a inicios de los años 20 del siglo XX. No obstante, la edición del libro inicia en 1934 y se publica póstumamente en 1940. La obra está compuesta por Gacelas y Casidas, que son poemas que hacen referencia a los antiguos poetas musulmanes de Granada. Son poemas personales, un tanto herméticos y algunos densos y oníricos. En estos aparecen otra vez los símbolos relacionados con la muerte y el amor presentes en su obra.
CASIDA DEL SUEÑO AL AIRE LIBRO
Flor de jazmín y todo degollado.
Pavimento infinito. Mapa. Sala. Arpa. Alba.
La niña finge un toro de jazmines
y el toro es un sangriento crepúsculo que brama.
Si el cielo fuera un niño pequeñito,
los jazmines tendrían mitad de noche oscura,
y el toro circo azul sin lidiadores,
y un corazón al pie de una columna.
Pero el cielo es un elefante,
y el jazmín es un agua sin sangre
y la niña es un ramo nocturno
por el inmenso pavimento oscuro.
Entre el jazmín y el toro
o garfios de marfil o gente dormida.
En el jazmín un elefante y nubes
y en el toro el esqueleto de la niña.
Ignacio Sánchez Mejías
La antología escogida por Allen Josephs termina con los cuatro poemas bajo el título “Llanto por Ignacio Sánchez Mejías”. Los poemas son elegías por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías, torero y poeta amigo de García Lorca. Se lee en ellos la imagen de “la sangre derramada”, la sangre que corre, que fluye. Si bien otros poetas como Gerardo Diego son reconocidos como escritores muy cercanos a la tauromaquia, Llanto por Ignacio Sánchez Mejías es reconocido como uno de los mejores ejemplos de poesía taurina
Leer la obra de Federico García Lorca es una de necesidades que los admiradores de la poesía en castellano tenemos que satisfacer alguna vez en la vida. Leer su obra me ha hecho redescubrir algo en Andalucía y a repensar en España, el país que asesinó a Federico García Lorca, el poeta universal de Fuente Vaqueros.
Interesante es descubrir cómo Lorca se sacude de estructuras tradicionales para crear, exaltando la inspiración como fundamento.
Un poco, interpreta mi sentir o pensamiento respecto de la creación literaria.