Freud investigó antiguas formas de interpretar los sueños con el objetivo de contrastar cómo hasta entonces, inicios del siglo XX, se entendían los sueños. El libro que he leído y gracias al cual escribo este breve comentario es una publicación de bolsillo de Alianza Editorial, titulado “Los Sueños”, publicado en 1995.
Freud no se preguntó consistentemente cuál es la importancia de los sueños a nivel cultural o social, pero sí exploró brevemente el papel de los sueños en la historia. Esbozó cómo se habían interpretado los sueños en la antiguedad, señalando que, básicamente, los sueños habían tenido explicaciones mitológicas y divinas. Estas interpretaciones, no obstante, no lograron contestar tres cuestiones básicas que Freud subraya al iniciar sus estudios sobre los sueños.
Estas interpretaciones antiguas de los sueños respondieron, a su manera, preocupaciones acerca del porvenir que la humanidad siempre ha tenido, pero según el padre del psicoanálisis siempre habían quedaron tres puntos clave por responder:
1) Las explicaciones mitológicas y religiosas no daban explicación a las singularidades del contenido de los sueños, singularidades que repugnan al pensamiento despierto, afirmó.
2) La incongruencia entre las representaciones en el sueño, lo que sucede en el sueño, y los afectos ligados a ellas, es decir, los sentimientos que tiene el durmiente hacia episodios oníricos que en su vida despierta juzgaría de otra manera.
3) “Su fugacidad y repulsa por el pensamiento despierto, que considerándolos como algo extraño a él, los mutila y extingue de la memoria” (Pag. 8).
Para responder a estas tres cuestiones especiales del sueño (singularidad del contenido, incongruencia y fugacidad), hay al mismo tiempo dos variantes a una misma interrogación que han de ser abordadas, según Freud:
1. El lugar del sueño en los procesos anímicos y su función biológica.
2. Responder si en realidad es posible interpretar los sueños, es decir ¿tienen un sentido los sueños?
Por supuesto, las explicaciones mitológicas y religiosas dan respuesta a la necesidad de interpretación. El mensaje divino a través del sueño, o el sueño de un héroe como inicio de un evento, están en religiones y mitos humanos. Pero Sigmund Freud, un médico neurólogo convertido en psicólogo y filósofo, intentó descifrar científicamente estos contenidos oníricos. En su época la necesidad de explicación científica del mundo encontraba una gran resistencia en el ámbito psicológico, pero Freud intentó desentrañar el significado oculto del sueño a través de un ejercicio
Para iniciar su pesquisa, Freud reconoció tres líneas de explicación a estas cuestiones que convivían en su época, es decir, la Europa de finales del siglo XIX:
a) Los sueños como liberación del mundo físico: Filósofos como Schubert daban continuidad a la idea de que la vida onírica era un estado superior de la conciencia y la actividad psíquica: “la liberación del espíritu del poder la naturaleza exterior” (Pag. 8)
b) Los sueños no tienen valor: muchos médicos de su época como Binz, creían que los sueños no tenían valor psíquico, ni sentido, ni importancia física o biológica. Los entendían como un residuo sin importancia.
c) Los sueños predicen el porvenir: se refiere a la opinión popular, según la cual los sueños tienen un sentido relacionado con el anuncio del porvenir. Sentido que era o es interpretado de muchas formas.
Interpretación popular de los sueños vs Freud
Es interesante ver que por fuera de la psicología clínica y el psicoanálisis, en la sociedad global del siglo XXI los sueños no tienen casi valor. Actualmente, se sigue en gran medida el «segundo camino” mencionado, el cual considera la vida onírica como un residuo de la vida, sin mayor sentido ni importancia. En la época contemporánea los sueños son entendidos como un residuo inútil de la vida, lejos de la productividad y del entretenimiento.
No obstante, en la cultura popular los sueños siguen siendo interpretados. Freud se sorprendió al ver que la opinión popular sobre los sueños era la más cercana, según él, a la «verdad», es decir, a sus investigaciones. Aun cuando la interpretación popular de los sueños está arraigada en la superstición, Freud subrayó que la gente interpreta los sueños de alguna forma, muy usualmente sustituyendo los contenidos del sueño por contenidos de otro sistema.
Esta sustitución tiene sus antecedentes en la práctica de la oniromancia, o adivinación a través de la lectura de los sueños (una práctica antigua y referenciada en la Grecia clásica).
Aunque las interpretaciones populares difieren mucho del método freudiano, este notable pensador destacó que por lo menos había la búsqueda de interpretación en la cultura popular. Freud comentó que los sueños debían ser interpretados a la luz de su función psíquica y que para ello se requería un nuevo método de investigación psicológica.
Si el psicoanálisis había prestado excelentes servicios en la solución de fobias, obsesiones, delirios y vicios, entonces, tal vez podía funcionar para explicar los sueños. Y así fue, Freud usó el mismo marco metodológico del psicoanálisis para la interpretación de los sueños. De esta forma, Sigmund Freud empieza a explicar cómo interpretar los sueños y qué son.